Un ejemplar de oso pardo, de avanzada edad y en malas condiciones físicas, fue encontrado muerto en la Montaña Palentina tras la activación de su sensor GPS. La investigación apunta a causas naturales o posible predación, sin evidencias de disparos.
El pasado sábado, agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León localizaron el cadáver de un oso pardo en la zona de la Montaña Palentina, después de que el sensor de mortalidad instalado en el animal desde septiembre de 2024 enviara una alerta.
Este ejemplar, presuntamente de avanzada edad y en estado de salud precario, fue detectado gracias a un dispositivo de seguimiento GPS que llevaba equipado desde hace casi un año.
La activación del sensor alertó a las autoridades, quienes iniciaron de inmediato el protocolo de búsqueda. En colaboración con la Guardia Civil, los agentes se desplazaron al área y, a última hora de la mañana, lograron confirmar la presencia del animal sin signos vitales.
Los restos del oso fueron cuidadosamente levantados y trasladados al Centro de Recuperación de Animales Silvestres en Burgos para su necropsia.
Durante la inspección post-mortem, los veterinarios y expertos en fauna silvestre comprobaron que el ejemplar presentaba signos evidentes de haber sido víctima de una predación por carroñeo, aunque no se encontraron heridas que sugirieran un disparo o lesiones por armas de fuego, descartando así la hipótesis de una muerte causada por la caza.
El análisis anatomopatológico reveló que el oso era de edad avanzada y mostraba una condición física deteriorada, con bajos niveles de grasa y fuerza muscular.
Aunque la causa exacta de la muerte no pudo determinarse con certeza, se sospecha que pudo tratarse de causas naturales, dada su estado y las circunstancias observadas.
Sin embargo, se tomaron muestras que serán enviadas a un laboratorio toxicológico para descartar posibles intoxicaciones o envenenamientos.
Supuestamente, en la historia de la fauna de la región, los osos pardos han tenido una presencia que data de siglos, siendo símbolo de la biodiversidad de Castilla y León.
La especie ha estado en peligro de extinción en varias áreas de Europa, y las autoridades locales realizan esfuerzos continuos para su protección y conservación.
Por otra parte, algunos expertos sugieren que la mortalidad de animales de avanzada edad puede aumentar en los últimos años debido a la fragmentación de hábitats y las presiones humanas, aunque en este caso no hay indicios claros de intervención humana directa.
La presencia de sensores GPS en animales como este oso permite un monitoreo más preciso y en tiempo real, facilitando acciones rápidas ante incidentes.
Este incidente se suma a otros casos similares ocurridos en los últimos años en la región, donde la conservación de especies emblemáticas se ha visto amenazada por diferentes factores.
La Junta de Castilla y León continúa con su compromiso de proteger la fauna silvestre y promover campañas de sensibilización sobre la importancia de respetar los hábitats naturales.
El hallazgo ha generado preocupación entre los conservacionistas y amantes de la naturaleza, quienes esperan que estos acontecimientos sirvan para reforzar las políticas de protección animal y evitar futuras pérdidas de especies tan valiosas como el oso pardo en la región.
Mientras tanto, las investigaciones siguen abiertas para esclarecer todos los detalles sobre la muerte del ejemplar y garantizar la preservación de estos animales en su hábitat natural.