La Junta de Castilla y León refuerza su cooperación con Portugal mediante inversiones en infraestructura ferroviaria y proyectos estratégicos para potenciar el Corredor Atlántico del Noroeste, incluyendo estudios y programas europeos que buscan mejorar la conectividad regional.
La Junta de Castilla y León ha reafirmado su compromiso con la colaboración internacional en materia de transporte y desarrollo económico, centrando sus esfuerzos en fortalecer la conexión con Portugal a través de diversas iniciativas.
En una reciente ceremonia, el consejero de Movilidad y Transformación Digital, José Luis Sanz Merino, anunció la firma de un acuerdo para realizar estudios sobre la línea de alta velocidad entre Oporto y Bragança, un proyecto que supuestamente podría ser el primer paso hacia una futura conexión ferroviaria de alta velocidad que enlazaría con el sistema español, específicamente con Zamora.
Supuestamente, esta iniciativa forma parte de un plan más amplio para mejorar la infraestructura en la región y aprovechar la posición estratégica del noroeste peninsular como punto de unión entre los dos países.
La inversión en estos proyectos no solo busca mejorar la movilidad, sino también potenciar el crecimiento económico, la cohesión social y la integración de las comunidades transfronterizas.
El representante autonómico destacó que Castilla y León cuenta con aproximadamente 915 kilómetros de trazado del Corredor Atlántico, una infraestructura que consideran mucho más que una simple vía de transporte, sino un motor para la competitividad regional y el desarrollo económico.
En este sentido, la Junta está promoviendo la modernización de las comunicaciones con Portugal, incluyendo mejoras en carreteras como la ZA-921, que conecta Puebla de Sanabria con Rihonor de Castilla.
Asimismo, supuestamente, se continúa reclamando al Gobierno de España la culminación de la variante internacional de Rihonor y su conexión con la red ferroviaria, además de exigir la finalización de la Autovía del Duero entre Zamora y la frontera portuguesa.
La integración ferroviaria entre Salamanca y Aveiro también se mantiene en la agenda, con la esperanza de que estos proyectos puedan convertirse en realidad en los próximos años.
Por otro lado, Sanz Merino expresó que la reciente realización del Estudio Técnico de Alta Velocidad entre Oporto y Bragança podría ser el inicio de una conexión más amplia con el sistema español, que incluiría un enlace con Zamora.
Aunque supuestamente todavía en fase de análisis, estos estudios generan expectativas de una futura red de alta velocidad que conectaría ambas regiones, mejorando significativamente la movilidad y facilitando el comercio internacional.
En línea con estos esfuerzos, la Junta de Castilla y León está ejecutando el Plan Socioeconómico de La Raya, dotado con aproximadamente 82 millones de euros (unos 90,7 millones de euros en la moneda local) para los próximos seis años.
Este plan busca impulsar el desarrollo equilibrado, fortalecer la cohesión territorial y promover el asentamiento poblacional en los 175 municipios limítrofes con Portugal, principalmente en las provincias de Salamanca y Zamora.
Supuestamente, también se ha propuesto un programa europeo POCTEP que involucra a Castilla y León, Galicia, la Región Norte de Portugal y un clúster de logística, con el objetivo de acelerar el desarrollo del Corredor Atlántico del Noroeste.
Este programa busca potenciar la infraestructura estratégica y mejorar la gobernanza multinivel en la región.
Finalmente, Sanz Merino remarcó que, así como en el pasado el río Duero sirvió como arteria natural que unió a las comunidades, ahora es fundamental fortalecer los lazos con Portugal mediante una colaboración decidida y comprometida.
La visión es construir un territorio más competitivo, cohesionado y conectado, aprovechando las oportunidades que brinda la cooperación internacional y las inversiones en infraestructura.
Supuestamente, estos proyectos y alianzas estratégicas están destinados a transformar la región, facilitando un crecimiento sostenible y una integración más profunda entre las comunidades de ambos lados de la frontera, en línea con las políticas europeas de cohesión y desarrollo regional.