La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha llevado a cabo un simulacro de gran incendio forestal en Zamora, enmarcado en un proyecto europeo que busca mejorar la coordinación transfronteriza ante emergencias. Participaron múltiples organismos de España y Portugal para fortalecer la respuesta ante incendios que trascienden fronteras.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla y León ha organizado un importante ejercicio de simulación de un incendio forestal de gran magnitud en la localidad de Vivinera, situada en el municipio de Alcañices, en la provincia de Zamora.
Este evento forma parte de una iniciativa europea denominada INTERREG ATEMPO, cuyo objetivo principal es fortalecer la capacidad de respuesta y la cooperación entre países y regiones ante emergencias naturales, especialmente los incendios forestales que atraviesan las fronteras.
Este simulacro, realizado el 20 de mayo de 2025, continúa una serie de ejercicios iniciada en 2024 en la provincia de Salamanca, y refleja la creciente preocupación por la vulnerabilidad del entorno natural ante el cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas.
El proyecto INTERREG ATEMPO, que cuenta con financiación del programa europeo POPTEC 2021-2027, busca mejorar la coordinación entre las comunidades autónomas de Castilla y León, Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal.
La iniciativa surge en un contexto donde los incendios forestales han aumentado en frecuencia y severidad en toda la península ibérica, siendo uno de los mayores desafíos en materia de protección civil en los últimos años.
Históricamente, la región ha sufrido grandes fuegos que han puesto a prueba la capacidad de respuesta de las distintas administraciones, por lo que este tipo de ejercicios resulta fundamental para afianzar protocolos de actuación y mejorar la eficiencia en la gestión de emergencias.
Durante el simulacro, participaron efectivos del operativo INFOCAL de Castilla y León, así como unidades de Galicia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Portugal, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y la Brigada de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La simulación recreó una situación en la que un incendio de gran escala amenazaba la biodiversidad, las viviendas y las infraestructuras en la comarca de Alcañices.
La operación se coordinó desde un Puesto de Mando Avanzado (PMA), donde se gestionaron recursos y se tomaron decisiones en tiempo real.
Uno de los aspectos destacados del ejercicio fue la puesta en práctica de procedimientos de llegada y distribución de refuerzos, incluyendo convoyes de diferentes organismos y la coordinación de tareas mediante reuniones operativas.
Además, se ensayó la comunicación entre los distintos equipos mediante redes de radio autónomas y sistemas compatibles, garantizando la continuidad de las comunicaciones incluso en escenarios donde las infraestructuras de telefonía puedan verse afectadas por el incendio.
El simulacro también abordó la gestión de la información y la toma de decisiones en situaciones de crisis, aspectos esenciales para minimizar daños y salvar vidas.
La colaboración internacional fue clave, con la participación de organismos como la Agencia Galega de Emerxencias (AXEGA), la Autoridad Nacional de Emergencias y Protección Civil de Portugal, la GNR portuguesa, y otros organismos regionales y nacionales.
La coordinación entre estos actores permite mejorar la respuesta conjunta, reducir los tiempos de actuación y optimizar los recursos disponibles.
Desde hace décadas, la península ibérica ha sido escenario de grandes incendios forestales, algunos con consecuencias devastadoras. La historia reciente incluye fuegos como el de Doñana en 2017, que calcificó la necesidad de fortalecer los sistemas de respuesta y cooperación internacional.
La adaptación a las nuevas condiciones climáticas y la implementación de estrategias preventivas, como la creación de cortafuegos y campañas de sensibilización, son parte integral de la lucha contra estos desastres.
El ejercicio de Zamora no solo busca mejorar la respuesta operativa, sino también promover la cultura de la prevención y la formación continua entre los profesionales de emergencias.
La participación de diferentes administraciones y países refleja un compromiso conjunto para afrontar uno de los mayores retos ambientales y de protección civil en la región.
A medida que el cambio climático intensifica la gravedad de los incendios, iniciativas como esta se vuelven imprescindibles para proteger a las comunidades, la biodiversidad y el patrimonio natural de la península ibérica.