Una colaboración entre comunidades autónomas impulsa la recuperación del lince ibérico en la península, con la liberación de ejemplares en el Cerrato Palentino, marcando un paso clave en la conservación de esta especie en peligro de extinción.

El pasado 2 de junio de 2025, se llevó a cabo un evento significativo en el ámbito de la conservación de la biodiversidad en España: la liberación de un ejemplar de lince ibérico, llamado Venadillo, en la región del Cerrato Palentino.

Este acto fue posible gracias a la colaboración estrecha entre las comunidades autónomas de Castilla y León y Castilla-La Mancha, demostrando el compromiso conjunto para revertir la peligrosa tendencia de desaparición de esta especie emblemática.

El lince ibérico, conocido científicamente como Lynx pardinus, ha sido considerado uno de los felinos más amenazados del mundo, con una población que en los años 80 llegó a reducirse a menos de 100 ejemplares.

La recuperación de esta especie ha sido una prioridad para las autoridades medioambientales españolas, que han implementado programas de cría en cautividad, protección de hábitats y reintroducción en zonas donde había desaparecido.

La reintroducción en el Cerrato Palentino supone un avance estratégico, ya que esta área presenta condiciones ideales para la especie, con una alta densidad de conejo, su principal alimento, y una buena aceptación social.

Este proyecto de reintroducción en Castilla y León se enmarca en una iniciativa más amplia, que busca restaurar poblaciones viables de linces en diferentes puntos de la península ibérica, especialmente en la mitad norte, donde su presencia había sido casi inexistente durante varias décadas.

La cesión del ejemplar Venadillo desde Castilla-La Mancha, donde ya se han realizado esfuerzos similares, refleja la cooperación institucional que ha sido fundamental para el éxito de estas acciones.

La colaboración se ha visto reflejada no solo en la transferencia de animales, sino también en el intercambio de conocimientos y en el apoyo técnico, que ha sido crucial para garantizar la adaptación y supervivencia de los linces en su nuevo hábitat.

La elección del Cerrato Palentino como zona de reintroducción no fue casual. Tras un exhaustivo estudio de campo y análisis ecológicos, los expertos seleccionaron esta zona por su disponibilidad de recursos naturales, la presencia de especies prey y el apoyo social de la comunidad local.

En los últimos dos años, la Junta de Castilla y León ha trabajado intensamente en la preparación del territorio, promoviendo la participación de propietarios y cotos de caza, logrando el respaldo del 93% de los encuestados en la región.

Además, se ha establecido un protocolo de seguimiento exhaustivo, que incluye vigilancias constantes, para asegurar la correcta aclimatación de los ejemplares.

Hasta la fecha, los seis linces liberados en los primeros meses de este año ya muestran signos de adaptación y buen estado de salud. Los técnicos y agentes medioambientales realizan monitoreos diarios, evitando molestias que puedan provocar su dispersión o riesgos, como atropellos o conflictos con humanos.

La meta a largo plazo es consolidar una población estable y autosuficiente, que permita la recuperación de la especie en la zona y sirva como modelo para futuras reintroducciones en otras áreas.

Este logro representa un paso clave en la historia de la conservación del lince ibérico en la península, dado que es la primera vez que se realiza una reintroducción en la mitad norte, aproximadamente medio siglo después de que la especie desapareciera de la meseta castellana.

La iniciativa también se enmarca en el compromiso europeo de proteger especies en peligro y mantener la biodiversidad en los ecosistemas mediterráneos y de interior.

En definitiva, la liberación de Venadillo en el Cerrato Palentino simboliza una esperanza renovada para la conservación de uno de los felinos más icónicos de la península, demostrando que con trabajo conjunto, ciencia y compromiso social, es posible revertir el declive de especies en peligro de extinción y devolverlas a su hábitat natural para que formen parte de nuestro patrimonio natural en las próximas generaciones.