La Junta de Castilla y León ha celebrado esta tarde en Zamora la esperada ceremonia de entrega de la XVIII edición de los Premios de Comercio Tradicional, un evento que busca reconocer y difundir las buenas prácticas, la innovación y la trayectoria de los comercios de proximidad en toda la comunidad.

Estos premios, convocados anualmente por la Consejería de Industria, Comercio y Empleo, tienen como objetivo principal destacar el papel fundamental del comercio tradicional como motor económico y social, además de promover su adaptación a los nuevos tiempos sin perder sus raíces.

Desde su inicio en 2007, estos galardones han sido un símbolo del compromiso del sector con la comunidad, resaltando aquellos establecimientos que, a pesar de los cambios económicos y tecnológicos, mantienen vivo el espíritu del comercio de cercanía.

En esta edición, se otorgaron nueve premios provinciales, uno por cada provincia, además de un premio autonómico de carácter especial. La selección de los ganadores se basó en criterios como la innovación en la gestión, la capacidad de adaptación digital, la calidad del servicio y la larga trayectoria.

El máximo reconocimiento, el premio de carácter autonómico, fue otorgado en esta ocasión al establecimiento leonés Adam’s, un comercio dedicado a ropa, calzado y complementos masculinos con más de 55 años de historia.

Presuntamente, este comercio ha sabido integrar la digitalización en su modelo de negocio conservando su carácter tradicional, mediante la gestión en tiempo real del stock, campañas online y una atención personalizada basada en la experiencia.

Además, supuestamente, ha ampliado sus instalaciones y ha desarrollado una marca propia, Borsany, que ofrece servicios exclusivos como sastrería y arreglos a medida.

Todo ello refleja cómo el comercio tradicional en Castilla y León puede innovar sin renunciar a sus valores.

Asimismo, los premios provinciales reconocieron a diferentes comercios destacados por su capacidad de innovación y compromiso social. Por ejemplo, en Ávila, la Pastelería Muñoz Iselma, con más de 80 años de historia, fue distinguida por su capacidad para combinar tradición e innovación, modernizando su obrador y fortaleciendo su presencia en redes sociales.

En Burgos, Juguetería Chapero, con 125 años de trayectoria, fue reconocido por su adaptación a los cambios generacionales y su presencia multicanal.

En Palencia, Raíces del Cerrato, un comercio rural que promueve la economía circular y apoya a productores locales, fue galardonado por su sostenibilidad y su contribución a la cultura rural.

La joyería La Cuna de la Filigrana Charra, en Salamanca, destacó por su comercio artesanal y su presencia digital que ha ampliado su alcance internacional.

En Segovia, la panadería Los Mellizos, con casi dos siglos de historia, fue reconocida por su innovación en producción artesanal y su fuerte presencia digital.

En Soria, Twidd, una tienda de ropa masculina, fue premiada por su reacondicionamiento integral y su apuesta por la formación del equipo.

Finalmente, en Valladolid, Gafasvan, que ofrece servicios de óptica y audiología en zonas rurales, fue destacado por su impacto social y atención prioritaria a personas con movilidad reducida.

En Zamora, la Librería Semuret, fundada en 1900, fue reconocida como un espacio cultural emblemático, que combina venta de libros con actividades culturales y promoción del patrimonio local.

Estos reconocimientos no solo valoran la calidad y tradición de estos comercios, sino que también evidencian cómo el sector puede aprovechar las nuevas tecnologías para fortalecer su papel en la economía regional.

Presuntamente, estos establecimientos son ejemplos del arraigo y del compromiso con el territorio, demostrando que la innovación y la tradición pueden ir de la mano, asegurando un futuro próspero para el comercio de cercanía en Castilla y León.