Las mancomunidades interprovinciales en Castilla y León reciben casi un millón de euros en ayudas para mejorar servicios en áreas rurales, beneficiando a 270 pueblos dispersos y promoviendo la cohesión territorial.
En un esfuerzo por fortalecer la atención y los servicios en las zonas rurales de Castilla y León, la Junta de Castilla y León ha destinado en 2024 un total cercano a 900.000 euros para apoyar a las mancomunidades interprovinciales, que agrupan a 270 municipios con características geográficas que dificultan la prestación de servicios básicos a sus habitantes.
Estas ayudas, que equivalen aproximadamente a 9.200 euros por municipio, buscan fomentar la cooperación entre localidades, optimizar recursos y garantizar una mejor calidad de vida en áreas con baja densidad poblacional.
Las mancomunidades interprovinciales son estructuras fundamentales en el entramado administrativo de Castilla y León, una comunidad que, con 94.226 km², es la más extensa de España y cuenta con más de 2.3 millones de habitantes distribuidos en 2.248 municipios. La dispersión de la población y la orografía diversa hacen que la cooperación entre municipios sea esencial para ofrecer servicios eficientes, desde la gestión de residuos hasta el mantenimiento de infraestructuras básicas.
Supuestamente, en 2024 se movilizaron más de 1,3 millones de euros en total gracias a estas ayudas, incluyendo fondos propios de las mismas mancomunidades.
Entre las inversiones realizadas destacan la adquisición de nuevos camiones de recogida de residuos, retroexcavadoras, mejoras en instalaciones municipales y la compra de más de 130 contenedores de basura, todo con el objetivo de mejorar la salubridad pública y la gestión ambiental.
Un ejemplo destacado es la puesta en servicio de un nuevo camión de recogida en la mancomunidad Sahagún-Villada, formada por un municipio de León y otro de Palencia, junto con varias pedanías.
Este vehículo, financiado con más de 180.000 euros por la Junta, de los cuales 60.000 euros provinieron de fondos propios de la mancomunidad, tendrá un impacto positivo en la limpieza y en la calidad de vida de unos 3.200 habitantes. Según fuentes presuntamente oficiales, la incorporación de este camión permitirá rutas más coordinadas, reducción de costes y una gestión más sostenible de los residuos.
La importancia de estas estructuras interprovinciales no se limita solo a la gestión de residuos. También facilitan la prestación de otros servicios esenciales como el mantenimiento de caminos rurales, la promoción del turismo y la mejora de infraestructuras sociales.
Además, fomentan la cohesión territorial en una comunidad donde muchas localidades son pequeñas y dispersas, y donde la inversión pública tradicional a veces resulta insuficiente para atender sus necesidades.
La Junta de Castilla y León, presidida por Alfonso Fernández Mañueco, ha considerado que estas ayudas son una muestra clara de su compromiso con el medio rural, promoviendo la igualdad de oportunidades y el desarrollo sostenible.
La historia de las mancomunidades en la región se remonta a varias décadas atrás, y su papel ha sido clave en la modernización de los servicios públicos en municipios pequeños, muchos de los cuales se enfrentan a problemas demográficos y de despoblación.
Supuestamente, el apoyo económico de la Junta ha contribuido a movilizar fondos privados y propios, multiplicando la inversión en estas áreas. La finalidad es garantizar que todos los habitantes del medio rural puedan acceder a servicios similares a los de las zonas urbanas, fomentando así la estabilidad y el crecimiento de estas comunidades.
En conclusión, los esfuerzos de la Junta de Castilla y León para reforzar los servicios en zonas rurales mediante ayudas económicas significativas reflejan su compromiso con el desarrollo equitativo y sostenible.
La colaboración entre administraciones y la inversión en infraestructuras y servicios básicos son pasos fundamentales para contrarrestar la despoblación y ofrecer un futuro más prometedor a los pueblos más alejados de las capitales de provincia.