La Ciudad de Buenos Aires anuncia la instalación de 400 puestos de carga para vehículos eléctricos en los próximos dos años, en un esfuerzo por promover la movilidad sostenible y atraer inversiones del sector privado.

Buenos Aires da un paso firme hacia la modernización de su movilidad urbana con el lanzamiento de un ambicioso plan para ampliar significativamente la infraestructura de carga para autos eléctricos en la ciudad.

La iniciativa, que forma parte del programa Electromovilidad Porteña, busca instalar aproximadamente 400 puestos de carga en diferentes puntos estratégicos de la ciudad en los próximos dos años, incluyendo estaciones de servicio, centros comerciales, parques y plazas, así como frente a edificios públicos gestionados por el Gobierno porteño.

Este esfuerzo se realiza en colaboración con el sector privado, que asumirá los costos de inversión, instalación y mantenimiento de los cargadores, mientras que la administración local establecerá los requisitos técnicos, otorgará permisos y garantizará que las instalaciones cumplan con las normativas de ordenamiento urbano.

La meta de la ciudad es convertirse en referente regional en infraestructura de carga eléctrica, promoviendo un transporte más limpio y sostenible.

Supuestamente, en los planes de la administración porteña, se prevé que en los próximos dos años se puedan habilitar en total unas 200 estaciones de carga en espacios privados con acceso público y otras 200 en espacios públicos.

La inversión total para esta infraestructura sería de aproximadamente 15 millones de euros, lo que representa un esfuerzo sustancial para adaptar la ciudad a las nuevas demandas de movilidad eléctrica.

El Jefe de Gobierno, Jorge Macri, afirmó que "queremos ser referentes en infraestructura de carga eléctrica y acompañar el desarrollo de esta industria sin emisiones contaminantes".

Además, resaltó que todos los puestos de carga deberán contar con una aplicación que permita a los usuarios consultar en tiempo real la disponibilidad de los cargadores, facilitando así la gestión y el uso de estos puntos de abastecimiento.

Para los espacios privados, como garajes comerciales y estaciones de servicio, podrán instalarse cargadores desde 7 kW (carga lenta) en corriente alterna, con la opción de incorporar cargadores de corriente continua para cargas más rápidas.

En la vía pública, las estaciones de carga podrán tener potencias de al menos 22 kW (carga semi rápida), también en corriente alterna o continua, y sólo podrán ubicarse en veredas de parques y plazas no emblemáticas, frente a establecimientos públicos y locales comerciales con estacionamiento permitido las 24 horas.

Se establecerá un máximo de dos puntos de carga por cuadra, con señalización adecuada, y estará prohibida su instalación en la calzada.

Estas medidas buscan facilitar la transición hacia un parque automotor eléctrico, que según supuestamente proyectan las autoridades, crecerá rápidamente en los próximos años.

La iniciativa también complementa beneficios como exenciones de patentes para autos y vehículos híbridos (que en algunos casos alcanzarán el 100%) y la exención en peajes en las autopistas de la ciudad hasta agosto de 2026.

Supuestamente, la ciudad ya cuenta con 42 estaciones de carga, todas privadas y con acceso limitado, muchas sin la potencia mínima requerida de 22 kW.

Con este nuevo programa, Buenos Aires se acerca a las grandes capitales del mundo, que en los últimos años han avanzado en infraestructura de carga para vehículos eléctricos, como Madrid, París y Londres, que ya cuentan con miles de puntos de carga públicos y privados.

En el marco de estas políticas, la ciudad también ha puesto en marcha una flota de autobuses eléctricos que conecta el centro porteño con barrios como Parque Lezama y Plaza San Martín, beneficiando a unos 50 mil usuarios diarios.

Además, desde 2027, todos los nuevos colectivos municipales deberán incorporar tecnología limpia, ya sea eléctrica o GNC, y renovar las unidades más antiguas, que no podrán superar los 10 años de antigüedad.

Estas acciones forman parte de una estrategia integral para transformar la movilidad urbana, reducir las emisiones de gases contaminantes y posicionar a Buenos Aires como una ciudad moderna y comprometida con el medio ambiente.

La iniciativa también se enmarca en la tendencia mundial hacia la descarbonización del transporte, que, según supuestamente expertos, es fundamental para cumplir con los compromisos internacionales en materia de cambio climático.

En suma, Buenos Aires avanza en su objetivo de convertirse en una ciudad más sustentable, promoviendo la electromovilidad y facilitando a los ciudadanos el acceso a infraestructura de carga eficiente y moderna, en línea con las principales capitales del mundo.

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