La Ciudad de Buenos Aires presenta un programa pionero para gestionar de manera sustentable los residuos en comedores escolares, promoviendo la economía circular y la educación ambiental en toda la región.
En un esfuerzo por avanzar hacia una gestión más sustentable de los recursos, la Ciudad de Buenos Aires ha participado en un webinar internacional dedicado a la problemática del desperdicio de alimentos en entornos urbanos.
Este evento, organizado por la red Mercociudades y el Pacto de Milán sobre Alimentación Urbana, reunió a diferentes urbes de América Latina con el objetivo de compartir estrategias innovadoras y promover políticas alimentarias sostenibles.
La participación de Buenos Aires fue a través del Programa Escuelas Verdes, que busca integrar la educación ambiental en los establecimientos escolares y fomentar prácticas responsables en la gestión de residuos.
La iniciativa del programa se centra en un plan piloto de separación en origen y recolección diferenciada de residuos orgánicos en 35 escuelas con comedores escolares, un paso significativo en la lucha contra el desperdicio y en la promoción de la economía circular.
Supuestamente, esta estrategia forma parte de una visión a largo plazo para transformar la gestión de residuos en toda la ciudad, que actualmente enfrenta el desafío de gestionar más de 7.500 toneladas diarias, de las cuales aproximadamente el 43% son residuos orgánicos. La implementación de esta política busca no solo reducir el volumen de basura enviada a los rellenos sanitarios, sino también convertir esos residuos en recursos útiles, como compost, que puede ser utilizado en espacios verdes y huertas urbanas.
El programa, coordinado por Angélica Gómez Pizarro, gerente de Educación para la Sustentabilidad, incluye capacitaciones dirigidas a docentes, personal de cocina, auxiliares y concesionarios, con el fin de sensibilizar y formar en prácticas de separación y compostaje.
Los residuos orgánicos recolectados en las escuelas son llevados al Centro de Reciclaje de la ciudad, donde se transforman en compost de alta calidad.
Desde el inicio del piloto, se han recolectado más de 89 toneladas de residuos orgánicos, reflejando el impacto tangible de la iniciativa y su potencial para expandirse en toda la red escolar pública y privada.
La propuesta ha sido bien recibida por otras ciudades latinoamericanas como Rosario, Quito, Guadalajara, San Pablo, Montevideo, Canelones, Tandil y Bogotá, que también buscan implementar políticas similares para reducir el desperdicio y promover la sostenibilidad en las comunidades educativas.
Supuestamente, el proyecto de Buenos Aires no solo busca mejorar la gestión de residuos, sino también educar a las futuras generaciones en valores de cuidado del medio ambiente y responsabilidad social.
La ciudad considera que esta política pública puede ser un modelo replicable en otros contextos urbanos que enfrentan desafíos similares.
Históricamente, Buenos Aires ha sido pionera en diversas iniciativas ambientales, desde campañas de reciclaje hasta la creación de espacios verdes y programas de movilidad sustentable.
La incorporación de la educación ambiental en las escuelas representa un paso más en la consolidación de una ciudad comprometida con el desarrollo sostenible.
El compromiso de la administración porteña con estas políticas refleja una tendencia regional hacia la integración de la sustentabilidad en todos los niveles de gestión urbana.
La ciudad continúa trabajando en fortalecer alianzas y promover acciones concretas que contribuyan a un futuro más limpio, justo e inclusivo, reafirmando que no hay acción climática efectiva sin una adecuada educación y participación ciudadana.