La tradicional Ofrenda de Frutos de las Fiestas del Pilar en Zaragoza se convierte en la más multitudinaria de su historia, con más de 3.500 participantes, en un acto que refuerza su carácter solidario y cultural.
Las Fiestas del Pilar en Zaragoza han llegado a un nuevo hito en su historia con la celebración de la Ofrenda de Frutos, que este año ha congregado a un total de 3.500 participantes, superando en mil a la edición anterior. Esta cifra récord ha sido posible gracias a la decisión de ampliar la convocatoria y hacerla accesible a toda la ciudadanía, con el objetivo de potenciar la dimensión social y solidaria del acto.
Supuestamente, la iniciativa de convertir la acto en un evento universal fue impulsada por la Federación de las Casas Regionales, en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza, y ha sido muy bien recibida por los vecinos y organizaciones de la ciudad.
De acuerdo con las declaraciones del consejero de Participación Ciudadana y Régimen Interior, Alfonso Mendoza, por segundo año consecutivo, la participación ha aumentado notablemente, alcanzando los 724 ciudadanos inscritos en representación de los distritos y barrios de Zaragoza, frente a los 240 del año anterior.
Este incremento en la participación también incluye la incorporación de 300 personas provenientes de ayuntamientos de la provincia, organizaciones y asociaciones, que gestionaron su participación a través de las Casas Regionales.
En total, la participación en la Ofrenda se ha elevado a 3.500 personas, lo que refleja un interés renovado en mantener vivas las tradiciones y fortalecer los lazos comunitarios.
En cuanto a la logística del acto, los primeros 400 inscritos, agrupados por barrios y con carteles identificativos, serán los encargados de ingresar en la Basílica del Pilar para depositar sus frutos en el camarín de la Virgen, mientras que el resto de participantes dejará sus donaciones a los pies del retablo de Pablo Serrano, en la plaza del Pilar.
La organización ha establecido un horario restringido para ajustarse a los actos religiosos y a los preparativos del Rosario de Cristal, que se celebra esa misma tarde.
Para gestionar esta gran afluencia, el Área de Participación Ciudadana ha instalado tres mesas informativas en el hall del Ayuntamiento y en la plaza del Pilar, donde voluntarios municipales entregan acreditaciones, brindan instrucciones y explican las normas establecidas por las Casas Regionales.
La atención en estos puntos comenzó ayer y continuará durante los días previos, en horarios de mañana y tarde.
El acto, que cumple 50 años este 2023, cuenta con un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Zaragoza y la Federación de las Casas Regionales, que ha destinado unos 55.000 euros para su organización, además de incluir actuaciones en el escenario Ambar Fuente de Goya el 12 de octubre y en Fuente Hispanidad el 8 de octubre.
Este evento, además de su valor folclórico y cultural, tiene un fuerte componente solidario, ya que se destina a recoger alimentos para las instituciones benéficas.
Supuestamente, la alcaldesa Natalia Chueca ha expresado su deseo de ampliar la convocatoria y hacerla universal, con la finalidad de incrementar las reservas de alimentos en las entidades beneficiarias.
Desde la organización, también se ha promovido una campaña de recogida de alimentos en la Hermandad del Santo Refugio, que se extenderá hasta el 13 de octubre, con el objetivo de superar los 70.000 kilos de alimentos, especialmente leche y productos básicos.
El proceso de inscripción se abrió el 19 de septiembre y cerró el 26 de ese mismo mes, a las 12:00 horas, mediante correo electrónico. La colaboración de las Juntas Municipales y Vecinales ha sido fundamental para divulgar la participación, que busca representar tanto a los 15 distritos urbanos como a los 14 barrios rurales de Zaragoza.
Históricamente, la Ofrenda de Frutos ha sido uno de los actos más emblemáticos de las Fiestas del Pilar, celebrado tradicionalmente el 13 de octubre.
Los participantes, vestidos con trajes típicos de sus regiones, ofrecen a la Virgen del Pilar frutos relacionados con su comunidad, en un acto que combina folklore, devoción y solidaridad.
Presuntamente, esta actividad ha contribuido a reforzar la identidad cultural de la ciudad y a sensibilizar sobre la importancia de la cooperación social, especialmente en momentos en los que la ayuda alimentaria resulta imprescindible para muchas familias.
Supuestamente, la organización también ha aprovechado este evento para sensibilizar sobre la necesidad de alimentos, especialmente leche, en la lucha contra la pobreza alimentaria en Aragón.
La iniciativa de ampliar la participación y fortalecer la dimensión solidaria de la ofrenda refleja un compromiso de la ciudad con sus tradiciones y con la ayuda mutua en tiempos difíciles.