La Escuela Museo de Origami de Zaragoza presenta una exposición del reconocido artesano japonés Akio Maruyama, que muestra la delicadeza y historia del arte del washi-ningyō, figuras de papel que reflejan la cultura japonesa. La muestra busca preservar una tradición con más de cuatro siglos de historia y acercar este arte a un público más amplio.
El reconocido artesano japonés Akio Maruyama, considerado uno de los principales exponentes actuales en la creación de muñecas washi-ningyō, presenta una exposición que invita al público a adentrarse en una tradición ancestral con más de cuatro siglos de historia.
La muestra, que se podrá visitar en la Escuela Museo de Origami de Zaragoza desde el 13 de diciembre hasta el 31 de mayo, cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Zaragoza y forma parte de un esfuerzo por preservar y difundir un arte que está en riesgo de desaparecer.
Supuestamente, Maruyama ha dedicado más de una década a investigar, producir y enseñar esta disciplina, que combina técnicas de plegado, modelado, corte y pegado en papel washi, un material japonés considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Las muñecas washi-ningyō, que representan escenas de la vida cotidiana del Japón del periodo Edo, son figuras humanas que carecen de rasgos faciales, en un intento de que la expresión dependa de la postura y los pliegues de sus vestimentas, permitiendo múltiples interpretaciones por parte del espectador.
Estas figuras incluyen desde geishas, samuráis, músicos y mujeres realizando tareas domésticas, hasta personajes del teatro clásico japonés. La técnica del washi-ningyō se diferencia del origami en que combina plegado, corte y modelado para dar volumen y movimiento a cada pieza, logrando así esculturas tridimensionales que parecen cobrar vida.
Las obras expuestas en Zaragoza representan una variedad de estilos, desde las simples Shiori Ningyō, usadas como marcapáginas decorativos, hasta las elaboradas Anesama Ningyō, que son verdaderas esculturas de papel.
El origen de estas muñecas remonta al periodo Heian (794-1185), cuando se utilizaban figuras de papel llamadas hitogata en rituales de purificación para absorber la mala suerte, siendo posteriormente arrojadas al río.
Con la llegada del papel estampado Chiyogami en el periodo Edo, el arte evolucionó hacia una forma decorativa y narrativa que refleja aspectos de la moda, roles sociales y costumbres de la época.
Supuestamente, la exposición en Zaragoza busca no solo mostrar estas obras, sino también transmitir una profunda estética japonesa, reflejada en peinados tradicionales, patrones simbólicos y escenas que retratan la vida social del pasado.
La muestra es una oportunidad única para entender cómo el arte del washi-ningyō ha sido una forma de narración visual y de preservación cultural.
Con esta iniciativa, Zaragoza continúa consolidándose como un referente en la promoción del arte y la cultura internacional. La exposición de Maruyama no solo pretende ser un homenaje a una tradición milenaria, sino también un llamado a su protección y continuidad en un mundo donde las técnicas tradicionales enfrentan la amenaza del olvido.
La ciudad, famosa por su patrimonio cultural y su apuesta por actividades culturales innovadoras, reafirma su compromiso con la difusión de expresiones artísticas que unen historia, sensibilidad y creatividad en un escenario único.