El otoño más seco en Euskadi en lo que va de siglo, con temperaturas extremas y fenómenos meteorológicos intensos
Euskadi Meteorología 17 December, 2025

El otoño más seco en Euskadi en lo que va de siglo, con temperaturas extremas y fenómenos meteorológicos intensos

El período otoño 2023 en Euskadi ha sido el tercero más seco desde 2000, con temperaturas notablemente altas y episodios meteorológicos severos, incluyendo borrascas que han provocado vientos fuertes e incendios forestales.

El otoño de 2023 en #Euskadi ha sido marcado por condiciones meteorológicas extremas, posicionándose como el tercer otoño más seco desde principios del siglo XXI.

Solo los años 2006 y 2007 registraron niveles de sequía mayores, según datos proporcionados por la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet. La sequedad de esta temporada ha tenido un impacto significativo en el territorio, que también ha experimentado temperaturas notablemente cálidas, con una elevación promedio de 0,7 °C respecto al período de referencia 1991-2020.

Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, el #clima en Euskadi se caracterizó por una tendencia de sequía que en algunos lugares alcanzó niveles críticos, especialmente en zonas del interior y el este de Gipuzkoa.

Las lluvias se mantuvieron por debajo del 50 % del promedio habitual en la mayoría del territorio, con regiones del oeste y litoral más cercanas a los niveles normales.

El mes de septiembre, tradicionalmente de transición, fue en general seco, aunque en algunas áreas del litoral y puntos del oeste hubo una ligera recuperación en las precipitaciones.

Octubre también continuó con condiciones secas, presentando valores de precipitación por debajo del 30 % en muchas zonas, con una particular sequía en las zonas interiores del territorio, incluyendo Araba.

Sin embargo, en noviembre hubo un cambio en la tendencia, con lluvias que trajeron cierta humedad general y zonas como la Rioja Alavesa se acercaron a los niveles habituales.

En términos de temperaturas, las medias en las zonas costeras oscilaban entre 16 y 17 grados Celsius, mientras que en los valles cantábricos rondaron los 15 °C, y en la Llanada Alavesa se situaron entre 12 y 13 grados.

Estas temperaturas fueron acompañadas por una insolación más elevada de lo normal, con un incremento del 10 a 20 % en las horas de sol, alcanzando en las principales capitales horas como 454 en Bilbao, 475 en San Sebastián y 493 en Vitoria-Gasteiz.

La escasez de lluvias se vio reflejada en la disminución de los caudales de agua, especialmente en Gipuzkoa, donde las mayores desviaciones negativas de precipitación se registraron en localidades como Eskas, Berastegi, Anarbe, Ereñozu, Ameraun y Bidania, con registros que superaron los 400 litros por metro cuadrado, en algunos casos alcanzando los 555 litros en Eskas.

La Administración Vasco de Meteorología activó en varias ocasiones alertas naranjas y amarillas

Por otra parte, el balance meteorológico del otoño también estuvo marcado por eventos adversos, incluyendo episodios de viento fuerte y oleaje. La Administración Vasco de Meteorología activó en varias ocasiones alertas naranjas y amarillas; en total, se emitieron 44 avisos relacionados con peligro para la navegación, incendios forestales, precipitaciones intensas y nevadas.

Destacan las borrascas Benjamín y Claudia, que causaron fuertes rachas de viento y malas condiciones marítimas en octubre y noviembre. Benjamín generó condiciones de oleaje elevado y riesgos en altamar, mientras que Claudia, además de provocar ráfagas huracanadas, incrementó la probabilidad de incendios forestales y daños en áreas rurales y urbanas.

Este otoño también ha sido recordado por su impacto en los recursos hídricos y la biodiversidad de Euskadi. La prolongada sequía ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del ecosistema, especialmente en un contexto en el que el cambio climático se hace cada vez más patente en la región.

La historia climatológica de Euskadi muestra que la sequía y las lluvias extremas no son fenómenos nuevos; sin embargo, su frecuencia e intensidad parecen estar aumentando, lo que obliga a repensar las estrategias de gestión ambiental y recursos naturales.

Por ello, las instituciones regionales y locales han reforzado sus planes de protección y adaptación, alertando sobre los posibles efectos a largo plazo de estos patrones meteorológicos.

La comunidad científica insiste en la necesidad de seguir monitoreando el clima, implementar medidas para reducir la huella de carbono y promover acciones sostenibles que puedan mitigar los efectos del cambio climático en zonas vulnerables como Euskadi.

Compartir: