El éxito del tenis italiano: inversión y estrategia que fortalecieron su presencia mundial

En los últimos años, #Italia ha emergido como una de las naciones más fuertes en el circuito internacional de tenis, mostrando un crecimiento que va más allá de sus estrellas actuales.

Aunque cuenta con figuras como Jannik Sinner y Lorenzo Musetti, cuya participación en torneos emblemáticos ha sido relevante, el verdadero motor del éxito italiano radica en una estrategia integral y una inversión constante en infraestructura y formación.

El reciente triunfo de Italia en la #Copa Davis refleja esta tendencia ascendente. A pesar de ausencias como las de Sinner y Musetti, el equipo capitaneado por Filippo Volandri logró ratificar la supremacía de su país en el mundo del tenis, sumando su tercera victoria consecutiva en esta competencia.

Este logro no es casualidad, sino el resultado de años de planificación, trabajo arduo y una visión a largo plazo que ha sabido aprovechar las oportunidades.

En la historia reciente, Italia ha puesto en marcha varias iniciativas que han dado frutos palpables en el circuito. Un ejemplo clave es la figura de Angelo Binaghi, actual presidente de la Federación Italiana de Tenis y Padel, quien desde su llegada en 2001 ha sido la pieza angular del proceso de transformación del deporte en su país.

Originalmente ingeniero industrial y jugador moderado a nivel nacional, Binaghi entendió temprano que el crecimiento del #tenis italiano requería una estrategia de formación y organización sólida.

Binaghi, con raíces en Cagliari, comenzó su carrera dirigencial en clubes locales y pronto se dio cuenta de la potencialidad de nacionalizar talentos argentinos para fortalecer su selección.

En este contexto, contactó a figuras como Franco Squillari, tenista argentino que estuvo cerca del top ten en 2000 y que compartió con Binaghi un enfoque de trabajo basado en la colaboración internacional.

Una de las iniciativas más innovadoras fue la creación de torneos de bajo costo en escenarios costeros en Cerdeña, con el objetivo de ofrecer competencia de calidad a los jugadores italianos y a jugadores argentino-italianos con el respaldo de wild cards.

Además, Binaghi promovió también la presencia de entrenadores argentinos en Italia, enviándolos a trabajar con jóvenes destacados.

El apoyo a la formación se fortaleció con la fundación del Centro de Preparación Olímpica en Tirrenia, un complejo de 16 hectáreas en la provincia de Pisa, que se convirtió en el núcleo del renacimiento tenístico italiano.

Desde allí, controlaban técnica, preparación física y medicina deportiva, supervisando la participación de los mejores talentos nacionales, incluyendo a Musetti, Sinner y Berrettini.

Este sistema integral permitió que Italia no solo aumentara la cantidad de torneos profesionales

Este sistema integral permitió que Italia no solo aumentara la cantidad de torneos profesionales, sino que también mejorara la calidad, logrando que Roma alberguara torneos ATP y WTA que compiten con los grandes del circuito.

La visión de Binaghi y su equipo fue tan exitosa que Italy ahora puede igualar en número de eventos a países como Estados Unidos y Francia.

Pero más allá de la infraestructura y los torneos, la clave ha sido la estrategia de formación. Cada jugador, desde las categorías juveniles hasta los profesionales, pasa por una estructura que asegura continuidad y profesionalismo en su desarrollo.

El trabajo conjunto entre entrenadores privados y la federación ha sido fundamental para mantener esta cohesión.

El impacto de estas políticas puede verse en el rendimiento actual, con varios italianos en los primeros lugares del ranking mundial y con resultados destacados en el escenario olímpico y de Grand Slams.

Además, Binaghi no perder de vista su objetivo: convertir el tenis en uno de los deportes más vistos en Italia, superando incluso la popularidad del fútbol, que sigue siendo la disciplina predominante en el país.

La historia de éxito del tenis italiano también incluye la interacción con Argentina, país con una tradición tenística importante y una cantera de talentos en crecimiento.

Binaghi, en sus viajes y alianzas, ha aportado a fortalecer esos lazos internacionales y lograr un intercambio beneficioso. Por ejemplo, clubes argentinos y entrenadores argentinos han aportado expertise en la formación de los jóvenes talentos italianos, en un intercambio que enriquece a ambas naciones.

En conclusión, Italia ha demostrado que con planificación, inversión y una visión clara, un país puede convertirse en una potencia tenística. La historia y la estrategia de Angelo Binaghi ejemplifican cómo un liderazgo comprometido puede transformar una nación y dejar una huella duradera en el deporte mundial.

La pregunta que queda en el aire es si Italia podrá mantener este ritmo y consolidar su posición como una de las grandes potencias del tenis en el futuro cercano, y si el fútbol, con su tradicional dominio, podrá alguna vez dejar de ser el rey del deporte en su territorio.