El histórico partido entre Argentina e Inglaterra en 1990 y la anécdota del nocaut de Federico Méndez
Deporte Rugby 20 November, 2025

El histórico partido entre Argentina e Inglaterra en 1990 y la anécdota del nocaut de Federico Méndez

Una refrescante mirada al enfrentamiento entre Argentina e Inglaterra en rugby en 1990, incluyendo la famosa escena del nocaut de Federico Méndez y su impacto en la historia del deporte.

Los enfrentamientos entre equipos argentinos e ingleses siempre han estado marcados por una carga emocional, historia y en ocasiones, por hechos que trascienden lo meramente deportivo.

Desde el conflicto de las Islas Malvinas hasta rivalidades en múltiples disciplinas como #fútbol y rugby, estos duelos suelen tener un trasfondo de mayor repercusión.

En el rugby, la historia bilateral entre Los Pumas e #Inglaterra es especialmente significativa. Hasta la fecha, Inglaterra ha dominado ampliamente en victorias, con 23 triunfos frente a apenas cinco de Argentina, además de un empate. Sin embargo, uno de los partidos más recordados por los aficionados y analistas deportivos ocurrió en 1990, en un test match que dejó huella por la intensidad y un hecho inusual: la protagonización de Federico Méndez, entonces un joven de 18 años aún en los inicios de su carrera.

Este encuentro, disputado en suelo inglés en agosto de ese año, se convirtió en símbolo de la historia del #rugby argentino. #Argentina buscaba establecerse en la marea de derrotas recientes, tras tener un historial escaso: un empate y dos derrotas previas frente a Inglaterra.

El partido fue una oportunidad para cambiar ese rumbo, pero el resultado fue un contundente 51-0 a favor de los europeos, en un partido marcado por la superioridad de La Rosa.

Fue en ese escenario tenso donde emergió Federico Méndez, con una actitud que pocos podrían imaginar hoy. Durante aquel enfrentamiento, el joven argentino, que había debutado en el seleccionado nacional la semana anterior en un partido contra Irlanda, cometió una acción que se vuelve parte del folklore deportivo: en medio de una jugada de contacto, le propinó un fuerte golpe a Paul Ackford, uno de los jugadores más experimentados del equipo inglés.

La escena se volvió viral en su momento y aún puede encontrarse en plataformas como YouTube.

El momento preciso fue polémico, pues Méndez, en un intento por defender a su equipo, reaccionó tras un contacto físico que le molestó. Recibió una tarjeta roja y fue expulsado, mientras que Ackford quedó aturdido en el suelo. La secuencia generó debate entre medios y aficionados respecto a la violencia en el rugby, deporte que en sus orígenes promovía valores de respeto y disciplina.

En una reunión que sirvió para cerrar heridas y compartir anécdotas

Más allá de la polémica, años más tarde, Méndez y Ackford se reencontraron en una entrega de premios en 2002, en una reunión que sirvió para cerrar heridas y compartir anécdotas.

En esa oportunidad, Méndez explicó que la reacción fue producto de una provocación y de su inexperiencia en ese momento, admitiendo que en el fondo no fue una acción premeditada de agresión.

Federico Méndez, que más tarde se convirtió en uno de los jugadores argentinos más destacados en la historia del rugby, participó en tres Copas del Mundo (1991, 1995 y 2003), siendo considerado en 2003 el mejor hooker del torneo en Sudáfrica.

Además, su versatilidad para jugar como pilar derecho o izquierdo, y su capacidad de liderazgo lo convirtieron en una pieza clave del seleccionado argentino.

Por su parte, Ackford, que en esa época era policía profesional, posteriormente se transformó en un reconocido periodista deportivo en Inglaterra.

En sus columnas, recordaba con cierta ironía aquel golpe y la facilidad con la que un joven argentino pudo impactarlo con una sola acción. La escena quedó como un ejemplo de cómo la pasión y el carácter en el deporte pueden a veces sobrepasar la formalidad y el respeto, pero también de que los rencores pueden superarse con el tiempo.

Desde entonces, ambos jugadores han reconocido la importancia de esa anécdota en sus vidas, no solo como un hecho deportivo, sino como un episodio que simboliza esa rivalidad histórico-deportiva entre Argentina e Inglaterra.

Siguiendo esta línea, la rivalidad se mantiene vigente en diferentes deportes, con historias de tintes políticos y culturales que enriquecen la historia del deporte en ambos países.

El enfrentamiento de 1990 quedó en la memoria colectiva como un testimonio de que, más allá de los resultados, en el deporte también existen historias humanas, de superación, errores y reconciliaciones que contribuyen a engrandecer la tradición deportiva de Argentina.

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