Estudiantes de La Plata gana en la cancha tras polémica por el título de Rosario Central

Finalmente, las autoridades del #fútbol argentino lograron poner fin a la tensión generada por los recientes acontecimientos.

Todo arrancó tras la polémica decisión de la #Liga Profesional de Argentina, que modificó las reglas después de que #Rosario Central fuera declarado campeón de la Liga en circunstancias controvertidas.

La actualización de reglas en pleno cierre de temporada sentó un precedente, pues el título fue concedido en las oficinas sin un consenso claro y sin la aprobación unánime de los clubes, generando malestar, especialmente en los equipos que consideraban que la definición del campeonato había sido alterada de manera injusta.

Al conocerse la situación, la Liga Profesional impuso a Estudiantes de La Plata, uno de los clubes históricos del fútbol argentino, la obligación de hacer un #pasillo de honor para Rosario Central en el partido que ambas escuadras disputaron en la última jornada.

Esta decisión, que algunos interpretaron como un reconocimiento al campeón, fue vista por determinados actores como una imposición política y no como un acto deportivo de respeto.

A pesar de las instrucciones, los futbolistas del equipo platense cumplieron con la orden, pero dejaron en claro que no compartían la postura institucional; dieron la espalda a sus rivales en el pasillo, envueltos en un silencio que reflejaba su desacuerdo.

El partido en sí fue muy disputado y terminó con la victoria de Estudiantes por 1-0, con un gol de Cetré en los minutos finales, un resultado que les permitió avanzar y eliminar a Rosario Central en los cuartos de final de la Libertadores argentina.

La actuación del equipo platense fue sólida, demostrando que, pese a las controversias extradeportivas, su entrega en el campo no se vio afectada.

Tras el partido, Ángel Di María, uno de los referentes del plantel, opinó sobre la situación y las actitudes de sus rivales en el pasillo. En declaraciones a la prensa, el mediocampista reflexionó: “Hicimos un buen partido, trabajamos muy bien, generamos muchas oportunidades, aunque no conseguimos concretar.

Sabíamos con quién nos enfrentábamos, un rival con jugadores de gran calidad. Estas cosas pasan en el fútbol, ahora a descansar, no queda otra”.

Respecto al acto del pasillo, Di María señaló con madurez: “es cosa de ellos”, dejando en claro que no quería juzgar la actitud de los adversarios.

“Algunos de nuestros jugadores dijeron que iban a hacer eso. Está bien, es decisión de ellos. Nosotros entramos de la manera que corresponde, simplemente fue un acto protocolar. Lo importante es que en la cancha respondimos con esfuerzo y juego limpio”.

El episodio del pasillo había sido muy comentado en los medios y en las redes sociales, donde algunos cuestionaron la actitud del club y de los jugadores de Estudiantes, considerando que fue un acto de resistencia a una decisión institucional que muchos promovieron como injusta.

Sin embargo, el plantel platense sostuvo que su intención era centrarse en el juego y en obtener la clasificación que significaba avanzar en el torneo continental.

Sino también una disputa de reconocimiento y legitimidad en las decisiones del fútbol argentino

Este conflicto no fue solo una cuestión deportiva, sino también una disputa de reconocimiento y legitimidad en las decisiones del fútbol argentino.

Rosario Central, que llevaba 38 años sin coronarse en el torneo de manera directa, había visto cómo su título generaba división entre los clubes y seguidores, debido a los cambios en las reglas y a la forma en que la Liga autorizó todo el proceso.

A nivel histórico, el fútbol argentino siempre ha estado marcado por disputas internas y conflictos entre la federación, los clubes e instituciones.

Los cambios en las reglas, los títulos polémicos y las actitudes en el campo reflejan un deporte que, además de pasión, vive en constante debate sobre sus formas de organización y justicia deportiva.

La victoria de Estudiantes en este escenario se convirtió no solo en una clasificación deportiva, sino también en un símbolo de resistencia ante decisiones que para algunos parecieron modificar la esencia del juego.

Por ahora, la polémica continúa, pero la cancha demuestra que, en el fútbol, lo más importante sigue siendo el esfuerzo, la entrega y el respeto por la competencia, más allá de las decisiones institucionales que puedan generar controversia.