Zaragoza pone en marcha la última fase de su Zona de Bajas Emisiones y refuerza el control vehicular
Desde el 12 de diciembre, Zaragoza activa la cuarta y definitiva fase de su Zona de Bajas Emisiones, reforzando la normativa para reducir la contaminación y avanzar hacia la sostenibilidad urbana, con sanciones económicas para quienes incumplan.
La ciudad de #Zaragoza inicia mañana viernes la implementación de la cuarta y última etapa de su Zona de Bajas Emisiones (ZBE), una medida que busca reducir significativamente la contaminación en el centro urbano y cumplir con las normativas ambientales nacionales e internacionales.
A partir del 12 de diciembre, los vehículos motorizados que no cuenten con la autorización necesaria podrán ser sancionados por la Policía Local, marcando un cambio importante en la regulación del tráfico en la ciudad.
La creación de esta #ZBE en Zaragoza responde a la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de Cambio Climático y Transición Energética, que obliga a las ciudades con más de 50.000 habitantes a adoptar planes de movilidad sostenible. Estas medidas buscan disminuir las emisiones derivadas del transporte y promover alternativas más ecológicas, en línea con los compromisos de la Unión Europea para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
El perímetro delimitado por la ZBE comprende las calles San Vicente de Paul, Coso, Mayoral y Echegaray y Caballero. Aunque desde hace años algunas calles del interior ya estaban sujetas a restricciones de tráfico, en los últimos meses se han intensificado los controles y la señalización para garantizar el cumplimiento de la normativa.
Durante el primer año de su implantación, la ZBE de Zaragoza operó principalmente con funciones informativas y de vigilancia sin imponer sanciones económicas.
Sin embargo, a partir del 12 de diciembre, se aplicarán multas a quienes circulen sin la autorización correspondiente. Los vehículos que posean alguna de las etiquetas ambientales de la DGT (B, C, ECO o CERO) podrán acceder sin restricciones, siempre que exhiban la correspondiente acreditación en el parabrisas delantero.
Para aquellos vehículos que no dispongan del distintivo, existe la posibilidad de inscribirlos en un registro municipal, siempre que cumplan ciertos requisitos, como ser propiedad de residentes, tener garaje en el interior del perímetro, o ser vehículos de servicios esenciales.
Presuntamente, este registro estará abierto a vehículos con matrícula extranjera, vehículos de emergencia, taxis adaptados, vehículos históricos y otros autorizados por la normativa.
Supuestamente, el proceso de inscripción puede realizarse de manera telemática, a través de la sede electrónica del ayuntamiento, o presencialmente en el Registro General del Ayuntamiento, con la diferencia de que la vía digital permite obtener la autorización de forma inmediata, mientras que la presencial puede requerir unos días de espera.
El control de acceso a la ZBE será inicialmente realizado por la Policía Local
El control de acceso a la ZBE será inicialmente realizado por la Policía Local, pero se prevé la instalación de un sistema de cámaras que leerán las matrículas y detectarán automáticamente si los vehículos cumplen con los requisitos.
Este sistema, presuntamente, permitirá sancionar a los infractores de forma rápida y eficiente.
En términos económicos, las multas por circular sin autorización podrían variar, pero presuntamente equivaldrían a unos 200 euros para las infracciones leves, y podrían incrementarse en caso de reiteración.
La medida busca incentivar a los conductores a adaptarse a las nuevas normativas, promoviendo un transporte más limpio y sostenible.
Por otro lado, se estima que la implementación completa de la ZBE contribuirá a reducir las emisiones en la ciudad en un 15% en los próximos cinco años, en línea con los objetivos europeos de lucha contra el cambio climático.
Además, la ciudad está promoviendo campañas de concienciación para informar a los residentes sobre los beneficios de esta normativa y las opciones de movilidad alternativa, como el transporte público, la bicicleta o el uso compartido de vehículos.
En resumen, la última fase de la Zona de Bajas Emisiones en Zaragoza representa un paso decisivo hacia una ciudad más limpia y saludable, alineada con los compromisos ambientales del país y la Unión Europea.
La medida, que cuenta con el apoyo de la ciudadanía y las instituciones, busca transformar el modelo de #movilidad urbana y reducir la huella ecológica de Zaragoza en los próximos años.