La recuperación de l'Albufera tras la dana de 2024 será un proceso prolongado que requiere mejoras en infraestructura y colaboración entre entidades.
El impacto de la dana que afectó a l'Albufera en 2024 ha provocado la necesidad de una gestión exhaustiva que se extenderá durante todo el año 2025 y más allá.
En una reciente reunión de la Comisión no permanente para la recuperación de las zonas afectadas, celebrada en el Ayuntamiento de València, el subdirector general de Espacios Naturales de la Conselleria de Medio Ambiente, Carlos Borrás Pla, ofreció un análisis detallado de la situación actual y de las medidas que se han implementado desde que comenzó la crisis.
Desde el inicio de los trabajos de limpieza el 10 de noviembre de 2024, se han retirado 1.552 metros cúbicos de residuos de los cauces de las acequias, gracias a la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que han participado en la búsqueda de posibles restos humanos en las zonas afectadas.
Este proceso ha sido descrito como un trabajo meticuloso y casi quirúrgico, que ha permitido que todos los cauces de acequias estén actualmente libres de residuos.
Uno de los aspectos más críticos ha sido el monitoreo de la calidad del agua del lago, que experimentó un incremento de un metro en su nivel en solo 6 horas tras el evento.
Para hacer frente a esto, se ha trabajado de manera coordinada con la Junta de Desagüe y la Concejalía del Ciclo Integral del Agua. En las primeras semanas tras la dana, se detectaron niveles preocupantes de amonio, pero a mediados de diciembre, la situación había mejorado notablemente, y no se han registrado índices de toxicidad en los sedimentos analizados.
La gestión de la emergencia continúa vigente, y actualmente se están separando los residuos peligrosos de aquellos considerados voluminosos, almacenándolos en espacios seguros y gestionándolos a través de empresas autorizadas.
Cambio de color en las aguas de l'Albufera por factores biológicos y meteorológicos
Se han detectado cambios en el color del agua de l'Albufera, en Valencia capital, debido a factores biológicos y meteorológicos. El regidor de Devesa-Albufera, José Gosálbez, ha expresado la importancia de estar atentos a la evolución de las aguas. Próximamente se reunirá con la dirección del Parque Natural y la Conselleria de Medi Ambient para coordinar acciones de conservación.Borrás Pla subrayó que, gracias a la adecuada gestión de los niveles del agua, no se ha observado mortandad de aves o peces en la zona, lo que es un indicativo de que el lago no ha sufrido un impacto severo a pesar de la catástrofe.
Adicionalmente, la gestión de la movilidad en la ciudad también ha sido un punto crucial. Manuel Martínez Grau, director gerente de EMT València, informó sobre las adaptaciones necesarias en el servicio de autobús urbano para satisfacer las necesidades de evacuación y asistencia a más de 3.000 personas que se encontraban en áreas afectadas. Este tipo de acción refleja la importancia de una respuesta rápida y efectiva ante situaciones de emergencia.
Históricamente, la zona de l'Albufera ha sido propensa a inundaciones, y la derogación del Plan Hidrológico Nacional en 2004 ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre la gestión de crisis de este tipo.
Expertos como el arquitecto Julio Gómez Perreta han señalado que la falta de infraestructura adecuada ha agravado los efectos de las riadas en la región, y ha instado a la creación de medidas preventivas, como la construcción de pantanos y la mejora de los sistemas de drenaje.
La necesidad de adoptar mejoras en la infraestructura local, mejorar la red de alcantarillado y establecer un seguimiento continuo de la calidad del agua se ha convertido en una prioridad para evitar crisis futuras.
La colaboración entre organismos gubernamentales, ONGs y la comunidad es esencial para asegurar un manejo eficiente de los recursos y para garantizar la recuperación de esta valiosa área natural.