El Long Island Rail Road enfrenta la amenaza de una huelga que podría afectar a casi 300,000 pasajeros diarios y poner en peligro empleos. Las negociaciones están en punto muerto por la negativa de algunos sindicatos a dialogar, mientras la administración Trump es señalada por supuestamente impulsar la disputa.

Sin embargo, en las últimas semanas la tranquilidad de este sistema se ha visto amenazada por un posible paro laboral que podría tener consecuencias desastrosas para miles de pasajeros y sus familias.
Supuestamente, las negociaciones entre la MTA (Metropolitan Transportation Authority) y los sindicatos del LIRR estaban avanzando con la intención de evitar una huelga.
La autoridad ha declarado que tiene una oferta justa sobre la mesa, que representa una mejora sustancial en las condiciones laborales y salariales, con incrementos equivalentes a aproximadamente 1.200 euros anuales para los empleados. Además, se ha ordenado a la MTA estar lista para negociar en cualquier momento y lugar.
No obstante, presuntamente, cinco sindicatos han rechazado acudir a las mesas de negociación con buena fe y han rechazado también la mediación vinculante que podría evitar el conflicto.
Esta postura ha generado un clima de tensión, poniendo en riesgo la continuidad del servicio y afectando a los pasajeros que dependen del tren para ir a sus trabajos, estudios o a sus hogares.
La negativa de estas organizaciones sindicales a dialogar ha sido calificada por las autoridades como una acción irresponsable que puede llevar a un paro innecesario.
La posible #huelga no solo perjudicaría a los pasajeros
La posible huelga no solo perjudicaría a los pasajeros, sino también a los empleados del LIRR y sus familias, quienes podrían verse sin ingresos si se paraliza el servicio.
Se rumorea que algunos sindicatos exigen aumentos salariales que equivaldrían a más de 1.500 euros anuales, una cifra que la MTA considera excesiva dadas las condiciones económicas actuales.
Supuestamente, la situación se ha agravado por la supuesta inacción y silencio de ciertos miembros del Congreso en Long Island, principalmente los dos representantes republicanos, quienes, según se afirma, no han ejercido presión suficiente para que las partes retomen el diálogo.
La administración Trump, por su parte, ha sido criticada por presuntamente impulsar una postura que favorece el estallido del conflicto, al no ordenar la mediación federal en este momento crucial.
Se sospecha que la Administración Trump podría tener interés en que la disputa se resuelva sin intervención, aunque esto aumentaría las probabilidades de una huelga que afectaría a miles de usuarios y a la economía local.
Expertos en #transporte advierten que un paro en el LIRR no solo afectaría a los pasajeros, sino que también impactaría en la cadena logística y en la movilidad de la región, causando pérdidas económicas que podrían ascender a varios millones de euros.
Mientras tanto, los usuarios esperan que ambas partes retomen las negociaciones de buena fe y eviten que un conflicto laboral suponga un golpe duro para la vitalidad de #Long Island y sus comunidades.