El polémico programa de peaje en Manhattan implementado por la gobernadora Hochul sigue mostrando resultados positivos, reduciendo el tráfico, elevando el uso del transporte público y generando miles de millones de euros para mejorar la infraestructura de la ciudad.

La iniciativa, impulsada por la gobernadora Kathy Hochul y apoyada por diversos líderes políticos, empresariales y comunitarios, ha logrado reducir en un 14% el volumen de tráfico en Manhattan, lo que equivale a aproximadamente 2,7 millones de vehículos menos entrando en la zona de congestión.
Además, se ha registrado un aumento récord en el uso del transporte público, beneficiando a miles de neoyorquinos que optan por trenes y autobuses en sus desplazamientos diarios.
Uno de los aspectos más destacados de esta política es la recaudación de aproximadamente 15 mil millones de euros, que se destinará a financiar mejoras en el sistema de transporte público de la ciudad, incluyendo la adquisición de nuevos trenes, la modernización de accesos y la expansión de proyectos emblemáticos como la Segunda Línea del Metro en la Avenida Segunda.
Presuntamente, estos fondos también servirán para implementar mejoras en la accesibilidad para personas con discapacidad y para fortalecer la #infraestructura de las estaciones.
Históricamente, la ciudad de #Nueva York ha enfrentado desafíos de #movilidad que se remontan a principios del siglo XX, cuando el crecimiento urbano acelerado llevó a la construcción de un sistema de transporte masivo que aún hoy es uno de los más utilizados del mundo.
Sin embargo, el aumento del número de vehículos particulares en las últimas décadas ha generado graves problemas de congestión y contaminación. La introducción de un sistema de peaje urbano, inspirado en modelos exitosos de otras ciudades como Londres y Estocolmo, supuestamente buscaba reducir el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida de los habitantes.
La respuesta de las autoridades ha sido positiva. El senador estatal Jeremy Cooney afirmó que el sistema de peaje ha sido un éxito rotundo en la disminución del tráfico en Manhattan y en la generación de recursos necesarios para potenciar el transporte público.
“Estos fondos son esenciales para renovar y ampliar nuestra infraestructura, dándole a los neoyorquinos un sistema de transporte moderno y eficiente”, aseguró.
Por su parte, la senadora Liz Krueger destacó que, menos de un año después de su implementación, los resultados superan todas las expectativas: menos congestión, menos contaminación y una mejor calidad de vida.
“Este programa ha demostrado ser una política audaz y basada en datos, que transforma nuestra ciudad para bien”, afirmó.
Mayor uso del transporte público y
El programa también ha tenido un impacto positivo en la seguridad vial y en la economía local. Se reportan menos accidentes en los puentes y túneles, mayor uso del transporte público y, en consecuencia, menos emisiones contaminantes, supuestamente contribuyendo a los compromisos de la ciudad con la lucha contra el cambio climático.
Las opiniones de líderes comunitarios y del sector empresarial son igualmente favorables. Mark Jaffe, presidente de la Cámara de Comercio del Gran NY, afirmó que el programa de peaje ha beneficiado tanto a los negocios como a los residentes, reduciendo el tiempo de desplazamiento y elevando la eficiencia en la entrega de bienes y servicios.
“Supuestamente, la reducción de vehículos en las calles principales también ayuda a mejorar la seguridad y la calidad de vida en los barrios”, añadió.
Asimismo, la presidenta de la Cámara de Comercio de Manhattan, Jessica Walker, expresó que la recaudación de fondos permitirá modernizar las calles, mejorar la accesibilidad y ampliar los servicios de transporte, beneficiando a todos los habitantes y visitantes de la ciudad.
En resumen, el sistema de #peaje urbano en Nueva York, que supuestamente fue impulsado por una visión de futuro y compromiso con la sostenibilidad, continúa consolidándose como una de las políticas más efectivas en la historia de la movilidad urbana en Estados Unidos.