La gobernadora Kathy Hochul anuncia una nueva ley que restringirá el uso de teléfonos inteligentes en las escuelas de Nueva York, promoviendo entornos educativos más concentrados y saludables para los estudiantes.

La medida, que entra en vigor en el año académico 2025-26, tiene como objetivo reducir las distracciones y mejorar la calidad del aprendizaje, alineándose con movimientos similares en otras regiones del país.
El plan fue presentado en una mesa redonda organizada por Hochul, en la que participaron directores escolares, padres y estudiantes del oeste de Nueva York.
Supuestamente, en estos encuentros se discutieron los beneficios de limitar el uso de dispositivos móviles en las aulas, en línea con políticas adoptadas en distritos como Niagara Falls y Lackawanna, que ya han implementado medidas para crear entornos libres de distracciones.
La iniciativa se enmarca en un contexto donde se supuestamente reconoce que los teléfonos inteligentes pueden afectar negativamente la salud mental y el rendimiento académico de los estudiantes.
Según la gobernadora, “Nuestros niños tienen éxito cuando aprenden y crecen, no cuando hacen clic y navegan por internet”. Supuestamente, Hochul afirmó que las escuelas de todo el estado están preparadas para adoptar estas restricciones en el próximo ciclo escolar, con la finalidad de crear ambientes más enfocados y seguros.
El plan también incluye la creación de un portal web, ny.gov/phonefree, que ofrece recursos y detalles sobre las políticas implementadas en los 1,070 distritos escolares públicos, escuelas chárter y BOCES en todo el estado.
Este portal, que supuestamente cubre cerca del 99 % de las instituciones educativas, permite a los padres, docentes y estudiantes revisar los planes de aprendizaje sin distracciones y prepararse para el inicio del curso.
En esta línea, el superintendente de Niagara Falls, Mark Laurrie, expresó que “la presencia de la gobernadora en Niagara Falls para promover esta política tan importante es un paso fundamental para la salud mental de los estudiantes”.
Por su parte, Nadia Nashir, superintendente del Distrito Escolar de Lackawanna, afirmó que “el sistema de timbre a timbre ofrece una sana desconexión de las redes sociales y ayuda a los estudiantes a centrarse en la enseñanza, además de facilitar una comunicación rápida y efectiva entre las familias y las instituciones educativas”.
Diversos legisladores también han apoyado la medida. La senadora estatal April N.M. Baskin comentó que “la ley de timbre a timbre permite a los estudiantes maximizar su concentración, reducir el ciberacoso y promover un ambiente escolar más saludable”.
El asambleísta Jon D. Rivera agregó que “las aulas deben ser espacios donde los estudiantes puedan participar plenamente sin distracciones, y esta política ayuda a preparar a los jóvenes para un futuro exitoso”.
La legislación, que ha sido firmada por Hochul, establece que desde este otoño los dispositivos móviles con conexión a internet no podrán utilizarse en las instalaciones escolares durante toda la jornada, incluyendo los períodos de descanso y almuerzo.
Las instituciones educativas tendrán la posibilidad de desarrollar sus propios sistemas para almacenar y gestionar los teléfonos, con fondos estatales de aproximadamente 12 millones de euros destinados a facilitar soluciones de almacenamiento seguro.
Además, la ley contempla excepciones, permitiendo el uso de teléfonos sencillos sin conexión a internet y dispositivos con conexión proporcionados por la escuela, en casos específicos como emergencias médicas, necesidades académicas o situaciones de cuidado familiar.
Esto busca equilibrar la seguridad y la salud mental de los estudiantes con la flexibilidad necesaria para atender emergencias o necesidades especiales
Esto busca equilibrar la seguridad y la salud mental de los estudiantes con la flexibilidad necesaria para atender emergencias o necesidades especiales.
Supuestamente, la iniciativa responde a una creciente preocupación por el impacto del uso excesivo de teléfonos en la salud mental de los jóvenes, así como a la necesidad de crear espacios donde el aprendizaje no se vea interrumpido por notificaciones o mensajes.
La ley también busca promover actividades presenciales y programas extracurriculares, fortaleciendo las relaciones sociales y el compromiso en las aulas.
En conclusión, esta política marca un paso importante en la modernización de las políticas educativas en Nueva York, poniendo en primer plano el bienestar de los estudiantes y la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.