La gobernadora Kathy Hochul anuncia nuevas medidas en las escuelas de Nueva York para prohibir el uso de teléfonos móviles durante toda la jornada escolar, buscando reducir la dependencia y mejorar el bienestar emocional de los alumnos.

Durante una mesa redonda con líderes escolares, padres y alumnos del Valle de Hudson, Hochul destacó los planes para aplicar medidas que prohíban el uso de teléfonos desde la campana de entrada hasta la salida, una iniciativa que busca reducir las distracciones y promover un ambiente de aprendizaje más saludable.

Este evento se suma a las reuniones previas que Hochul ha llevado a cabo en diferentes regiones del estado, incluyendo la ciudad de Nueva York, la región de la Capital, la zona central y las Finger Lakes.

La intención es unificar criterios y garantizar una transición ordenada en todos los distritos escolares. Según supuestamente fuentes cercanas, las políticas ya han sido finalizadas en distritos como Middletown y Orange-Ulster BOCES, que han adoptado restricciones totales en el uso de smartphones durante las horas escolares.

La problemática del uso excesivo de teléfonos en las escuelas no es nueva. Presuntamente, en los últimos diez años, el incremento en el uso de dispositivos móviles y algoritmos adictivos promovidos por redes sociales ha contribuido a un aumento en los problemas de ansiedad, depresión y pensamientos suicidas entre los jóvenes.

La gobernadora Hochul afirmó que estos datos no son casualidad y que existe una correlación directa entre el uso intensivo de tecnología y el deterioro de la salud mental.

Supuestamente, los efectos del aislamiento social provocado por la pandemia de COVID-19 también han agravado esta situación. Muchos estudiantes no pudieron disfrutar de eventos tradicionales como graduaciones o proms, lo que generó un impacto emocional profundo. Hochul señaló que, aunque algunos adultos creen que ya superaron la pandemia, los jóvenes todavía enfrentan secuelas emocionales y sociales que deben abordarse urgentemente.

Uno de los aspectos más destacados de la política será la prohibición total del uso de teléfonos durante el horario escolar. Esto, presuntamente, generará cierta confusión y resistencia inicial en algunos distritos, donde se prevé que la primera semana será de adaptación, con algunas molestias y dificultades para gestionar la devolución y almacenamiento de los dispositivos.

Sin embargo, expertos y educadores coinciden en que los beneficios superarán los inconvenientes.

Según supuestamente algunas declaraciones de Hochul, en hogares que ya han implementado medidas similares, los niños y adolescentes han comenzado a redescubrir actividades tradicionales, como jugar juegos de mesa o conversar durante las comidas, lo que favorece su desarrollo social y emocional.

La gobernadora enfatizó que esta medida también busca que los estudiantes vuelvan a aprender habilidades básicas como mantener contacto visual y participar en diálogos cara a cara.

El impacto en el ambiente escolar será notable, con la presencia de más ruido y movimiento en los pasillos, incluso si en un principio puede parecer caótico.

Sin embargo, el cambio promete hacer las escuelas más humanas y menos virtuales, una tendencia que, según expertos, fue inevitable dada la evidencia de los daños causados por el uso desmedido de la tecnología.

Además, las escuelas ofrecerán canales de comunicación alternativos para que los padres puedan mantenerse en contacto con sus hijos durante el día, garantizando así la seguridad y la coordinación.

Desde el punto de vista histórico, esta iniciativa representa un giro en la política educativa de Nueva York, que supuestamente ha sido reacia a restringir el acceso a la tecnología en el pasado.

El aumento de casos de problemas de salud mental ha obligado a reconsiderar estas políticas y priorizar el bienestar emocional de los estudiantes por encima del uso de dispositivos electrónicos

Sin embargo, el aumento de casos de problemas de salud mental ha obligado a reconsiderar estas políticas y priorizar el bienestar emocional de los estudiantes por encima del uso de dispositivos electrónicos.

En conclusión, expertos y autoridades consideran que estas medidas son un paso necesario para revertir la tendencia actual y preparar a una generación más sana y socialmente competente.