El CEO de Tesla asegura que las baterías de fosfato de hierro y litio no utilizan elementos raros y que su producción es económica y sencilla, en medio de una inversión millonaria en Estados Unidos.

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Elon Musk, CEO de Tesla, ha confirmado recientemente que las baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) utilizadas en modelos como el Model Y y el Model 3, no contienen elementos raros.

Esta declaración llega en un momento en el que la compañía está invirtiendo aproximadamente 650 millones de euros en la construcción de un sistema de baterías de gran escala, conocido como Tesla Megapack, en Georgia, Estados Unidos.

La inversión forma parte de la estrategia de Tesla para ampliar su capacidad de almacenamiento energético y reducir costes.

Las baterías LFP han ganado popularidad en los últimos años debido a su menor coste de producción en comparación con las baterías que contienen cobalto y níquel, materiales considerados escasos y caros.

La utilización de estos elementos en la fabricación de baterías ha provocado preocupaciones sobre la sostenibilidad y la ética, ya que la extracción de cobalto, en particular, ha estado vinculada a problemas sociales y ambientales.

Históricamente, las baterías de iones de litio han utilizado diversos compuestos y elementos para mejorar su rendimiento, pero esto también ha incrementado los costes y la complejidad de su producción.

La innovación en las baterías LFP, que utilizan fosfato de hierro y litio, ha sido vista como una solución más sostenible y económica. Elon Musk ha resaltado que todos los ingredientes de estas baterías son de bajo coste y extremadamente comunes, sin necesidad de recurrir a elementos escasos o peligrosos.

Este avance no solo tiene implicaciones económicas, sino también medioambientales. La menor dependencia de materiales raros reduce el impacto ecológico y las dificultades en su extracción. Además, la producción de baterías LFP puede realizarse en regiones con recursos minerales más accesibles, lo que favorece la cadena de suministro global.

Desde la primera introducción de las baterías de iones de litio en vehículos eléctricos, las empresas del sector han buscado alternativas que sean más sostenibles y menos costosas.

Tesla, en particular, ha liderado la adopción de tecnologías que reduzcan la dependencia de materiales críticos y escasos. La confirmación de Musk acerca de que las baterías LFP no contienen elementos raros refuerza el compromiso de la compañía con la innovación responsable y la sostenibilidad.

En el contexto de la transición energética global, la capacidad de producir baterías más baratas y sostenibles es clave para acelerar la adopción de vehículos eléctricos y energías renovables.

La inversión de Tesla en Estados Unidos, que supera los 650 millones de euros, demuestra su confianza en estas tecnologías y su visión a largo plazo de un sistema energético más limpio y accesible para todos.

La noticia también coincide con avances tecnológicos en el campo de la investigación, como la próxima función de Google que permitirá a los usuarios subir archivos y fotos para generar informes, señalando una tendencia hacia la integración de soluciones inteligentes y sostenibles en diferentes sectores.

En resumen, las declaraciones de Elon Musk no solo aclaran dudas sobre la composición de las baterías de Tesla, sino que también marcan un paso importante hacia una industria más ética y ecológica, con un futuro prometedor para las energías renovables y los vehículos eléctricos en Europa y en el mundo.

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