Un video de seguridad capturó por primera vez el momento en que la Tierra se abrió y se movió durante un terremoto de magnitud 7.7 en Myanmar, ofreciendo valiosos datos científicos sobre la ruptura terrestre.

Un video sorprendente ha dejado atónitos a científicos de todo el mundo al mostrar por primera vez en la historia cómo se rompe y se desplaza la tierra durante un terremoto de gran magnitud en Myanmar.
El pasado 28 de marzo, la región sufrió un sismo de magnitud 7,7 en la escala de Richter que generó una ruptura de aproximadamente 460 kilómetros a lo largo de la falla de Sagaing, causando daños extensos y dejando más de 3.700 muertos según informes de las autoridades militares del país.
Este evento telúrico no solo fue devastador en términos de destrucción, sino que también proporcionó a los investigadores una oportunidad única para comprender mejor la dinámica interna de los terremotos.
Hasta ahora, gran parte del estudio se basaba en modelos computacionales, datos satelitales y mediciones remotas. Sin embargo, la evidencia visual directa que muestra la tierra cediendo y desplazándose en tiempo real era algo que los científicos solo podían imaginar, hasta ahora.
El video fue capturado por una cámara de vigilancia instalada en una instalación eléctrica en Tha Phay Wa, un municipio a unos 110 kilómetros al sur de Mandalay.
En las imágenes, se observa claramente cómo una sección del terreno, ubicada cerca de la falla, se desplaza bruscamente hacia adelante tras la sacudida principal.
Aunque en esa área específica no parece haber alcanzado la velocidad supershear, la evidencia del movimiento abrupto y la ruptura en el terreno ayuda a comprender mejor cómo se comportan estas fallas en condiciones extremas.
La ruptura terrestre se extendió a lo largo del mega falla de Sagaing, que tiene unos 1.400 kilómetros de longitud y actúa como límite entre la placa India y la placa Eurasia. Esta falla es una de las principales responsables de los sismos en esa región del sudeste asiático, y la evidencia de desplazamientos de hasta seis metros en algunos puntos ha sido corroborada por datos satelitales y radar de instituciones como NASA, así como por la Autoridad de Información Geoespacial de Japón.
Este tipo de estudios visuales es de gran valor científico porque permite verificar y ampliar las hipótesis existentes sobre cómo se propagan los rupturas en el interior de la Tierra.
La posibilidad de observar en vivo y en tiempo real el movimiento de las fallas ha cambiado radicalmente la forma en que los especialistas analizan estos fenómenos naturales.
Además de su valor en la investigación, este video también brinda una perspectiva más tangible del impacto de los terremotos en el paisaje y en las comunidades humanas.
Se puede apreciar cómo algunos pequeños edificios y estructuras cercanas permanecieron relativamente intactos, lo que abre la puerta a estudios sobre cómo el tamaño y la proximidad a la falla influyen en las daños causados.
Desde una mirada histórica, Myanmar ha sido una región azotada por terremotos a lo largo de los siglos, con eventos catastróficos registrados en la historia antigua.
La actividad sísmica en el área ha sido constante debido a su posición geográfica en el cinturón de circón, una zona conocida por su alta actividad tectónica.
La posibilidad de que estos eventos sean cada vez más frecuentes o intensos ha llevado a una mayor atención por parte de la comunidad científica, que busca aprender y prepararse mejor.
Este video no solo es una pieza única en términos visuales, sino que también es una herramienta crucial para mejorar los modelos predictivos y las estrategias de protección civil.
La tecnología de cámaras de seguridad, en aumento en todo el mundo, se está convirtiendo en un aliado invaluable para registrar fenómenos naturales en su forma más pura y visceral.
A pesar del alcance destrucción que puede tener un terremoto en términos de vidas y bienes, estos eventos también ofrecen oportunidades para ganar conocimiento y reducir riesgos en el futuro.
La ciencia sigue avanzando, y cada imagen, por impactante que sea, nos acerca más a entender la fuerza poderosa y a menudo impredecible de nuestro planeta.