Innovadores canadienses están utilizando brazos robóticos y inteligencia artificial para mejorar la construcción de viviendas, haciendo frente a la crisis de viviendas asequibles en el país.

La revolución tecnológica está llegando a la construcción de viviendas en Canadá, donde los brazos robóticos están empezando a desempeñar un papel crucial en la superación de los serios desafíos que enfrenta la industria.

Ramtin Attar, CEO de Promise Robotics, forma parte de un grupo pequeño pero innovador de empresas y académicos canadienses que están adaptando la robótica para mejorar la productividad y eficiencia en la construcción de viviendas.

En el corazón de esta iniciativa se encuentran brazos robóticos que antes se utilizaban en la fabricación de automóviles y que ahora están siendo reconfigurados para crear las paredes, pisos y techos de casas.

Equipados con inteligencia artificial, estos robots son capaces de leer planos de construcción y tomar decisiones en tiempo real sobre cómo realizar cortes, qué piezas unir, y dónde perforar para las instalaciones eléctricas y de fontanería.

Esto representa un avance significativo en una industria que tradicionalmente rely sobre mano de obra manual en todos sus aspectos.

La industria de la construcción en Canadá enfrenta una crisis significativa: se requieren aproximadamente 3.87 millones de nuevas viviendas para 2031, pero la tasa de construcción actual no logra cubrir esta necesidad.

Este déficit no solo se atribuye a la falta de trabajadores cualificados, sino también a la lentitud en la adopción de nuevas tecnologías.

Según un informe de McKinsey & Company, el sector de la arquitectura, ingeniería y construcción, valorado en 12 billones de dólares a nivel global, ha sido uno de los más lentos en digitalizarse e innovar.

Promise Robotics ha recaudado hasta ahora cerca de 23 millones de euros desde su fundación en 2019, y ha desarrollado un 'cerebro' que puede analizar planos de construcción y determinar los métodos más eficaces para fabricar componentes.

Este enfoque no solo reduce el tiempo de construcción, que puede reducirse a aproximadamente cinco meses, sino que también busca contrarrestar la escasez de mano de obra que se proyecta continuará por varios años.

Mientras tanto, otra empresa canadiense, Horizon Legacy, ha creado un brazo robótico conocido como Val 2.0. Este dispositivo, que se describe como una impresora 3D portátil, utiliza un concreto especial para construir las paredes de una vivienda.

La CEO de la compañía, Nhung Nguyen, señala que aunque el brazo no utiliza inteligencia artificial, su diseño ergonómico permite que un operador humano dirija su función, reduciendo así la carga de trabajo tradicional a la mitad.

La aceptación de estas nuevas tecnologías no viene sin desafíos.

La mayoría de las empresas constructoras canadienses se componen de pequeñas y medianas empresas que pueden mostrar reticencias a invertir en tecnología de punta.

Sin embargo, el CEO de la Asociación de Constructores de Viviendas de Canadá, Kevin Lee, destaca que si la robótica se implementa de manera rentable, podría traer mejoras significativas en el sector.

En el contexto de la falta de viviendas asequibles, y con una creciente presión para aumentar la producción, la integración de robots y tecnologías avanzadas se presenta como una solución viable.

A medida que Canadá se enfrenta a un futuro en el que la demanda de viviendas continúa en aumento, la robótica y la inteligencia artificial podrían desempeñar un papel fundamental en ayudar al país a alcanzar sus objetivos de construcción, además de establecer a Canadá como un líder en innovación empresarial a nivel global.

En conjunto, estas iniciativas no solo están reformulando el modo en que se construyen las casas, sino también cómo se percibe la industria de la construcción por parte de las nuevas generaciones, con el fin de atraer talento joven e impulsar estándares más altos en el sector.