Durante su quinto vuelo de prueba, SpaceX consigue aterrizar el propulsor de su cohete Starship mediante brazos robóticos, marcando un hito en la tecnología de recuperación de cohetes.

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El domingo pasado, SpaceX llevó a cabo una exitosa prueba de su cohete Starship desde sus instalaciones en Boca Chica, Texas, realizando un avance significativo en la tecnología de recuperación de cohetes.

Este vuelo marcó la quinta prueba del Starship, y la empresa logró recuperar su propulsor de primera etapa, conocido como Super Heavy, utilizando un método innovador que involucra grandes brazos metálicos.

La misión despegó a las 14:25 hora de España, y el potente propulsor despegó junto con el cohete Starship, enviando a la primera fase del viaje al cohete hacia una trayectoria espacial que tiene como destino el océano Índico, al oeste de Australia.

Allí, la segunda etapa del cohete intentará reingresar a la atmósfera y realizar un aterrizaje controlado sobre el agua.

En un momento clave de la misión, el Super Heavy se separó del Starship a una altitud de 74 kilómetros.

Tras esta separación, el cohete regresó a la misma área de lanzamiento gracias a la ayuda de dos brazos robóticos, apodados como 'chopsticks'. Estos brazos permitieron que el propulsor fuera capturado a su retorno, algo nunca antes logrado en un vuelo de prueba de SpaceX.

Hasta el momento, los cohetes Falcon 9 de la compañía han estado recuperando sus propulsores en plataformas flotantes o en áreas de aterrizaje en tierra, pero nunca sobre sus propias plataformas de despegue.

Esta innovación marca un paso adelante en la industria espacial y refleja el compromiso de SpaceX por mejorar su operación de lanzamientos y recuperaciones.

Es importante señalar que la recuperación del Super Heavy es parte de la estrategia de SpaceX para acelerar su tasa de lanzamientos y reducir costos.


La reutilización de los propulsores Falcon ha permitido que la compañía ahorre millones de euros a lo largo de los años.

Elon Musk, CEO de SpaceX, ha dejado claro su objetivo de aplicar este mismo principio a Starship, el cohete más grande y potente construido hasta la fecha, que cuenta con 33 motores de combustible de metano en su propulsor.

En una nota adicional, la NASA ha encargado dos naves Starship para enviar astronautas a la luna en esta década.

SpaceX tiene planes de utilizar Starship no solo para misiones lunares, sino también para futuros viajes a Marte.

Este logro sobre la recuperación del cohete Super Heavy se suma a una serie de avances en el programa espacial privado, donde las innovaciones tecnológicas están revolucionando la forma en que se llevan a cabo los lanzamientos y las misiones espaciales.

El evento del domingo no solo subraya la competencia de SpaceX en el sector, sino que también establece un precedente para futuras misiones interplanetarias.

A medida que el programa Starship avanza, las expectativas continúan creciendo.

Esto prueba que la ambición de avanzar en la exploración espacial puede hacerse realidad, no solo a través de la ingeniería, sino también mediante la recuperación eficaz de las tecnologías que hacen posibles esos viajes.

Con estos desarrollos, SpaceX se consolida como líder en la industria espacial, marcando el inicio de una nueva era en la exploración del espacio.