Un problema durante el lanzamiento de un cohete Falcon 9 ha llevado a la FAA a suspender las misiones de SpaceX, generando inquietudes sobre el futuro de los viajes espaciales comerciales.

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El reciente incidente ocurrido en el lanzamiento del cohete Falcon 9 de SpaceX ha desatado una serie de preocupaciones en el ámbito de la exploración espacial comercial.

Durante un lanzamiento desde el Complejo de Lanzamiento Vandenberg en California, realizado el 11 de julio de 2024, el cohete transportaba 20 satélites de Starlink.

Aunque el despegue fue inicialmente exitoso, surgiendo como el 326º lanzamiento sin problemas, un problema comenzó a gestarse en la segunda etapa del cohete.

Se observó que había una fuga de líquido, lo que llevó a la formación de cristales de hielo en la estructura de la nave, los cuales se desprendían eventualmente bajo el intenso calor del motor.

Inicialmente, esta anomalía no fue comunicada por el equipo de transmisión, dejando a muchos espectadores en suspenso respecto a lo que estaba ocurriendo.

A pesar de haber logrado desplegar su carga útil, el cohete no logró colocar los satélites en la órbita prevista.

Posteriormente, Elon Musk, fundador de SpaceX, confirmó que se había producido una "descomposición rápida no programada" (RUD por sus siglas en inglés), un término que se refiere a un fallo significativo que provoca explosiones en el contexto de los cohetes.

Los satélites terminaron cayendo de vuelta a la atmósfera y se quemaron, lo que desató una investigación por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA) en Estados Unidos, resultando en la decisión de suspender todos los vuelos del Falcon 9 hasta que se esclarezcan las causas del incidente.

Este contratiempo afecta no solo a SpaceX, sino también a varios proyectos misionales destacados, como Polaris Dawn, una misión científica que apunta a realizar la primera caminata espacial comercial, programada para el 31 de julio.


Esta misión desea realizar un vuelo a 700 kilómetros de altitud, superando así la altura máxima alcanzada por vuelos tripulados desde las misiones Apollo.

Las expectativas son altas, ya que se planea también probar trajes espaciales y tecnologías de comunicación láser en el espacio.

Sin embargo, el incidente ha dejado un impacto significativo en la planificación de otras misiones de SpaceX. Entre ellas, se incluyen: la Misión de Banda Ancha en el Ártico, que tenía planeado su lanzamiento esta semana, la misión Transporter-11 que contemplaba varios satélites comerciales, y una misión de reabastecimiento a la Estación Espacial Internacional programada para el 3 de agosto.

La incertidumbre ahora se cierne no solo sobre estas misiones, sino también sobre la seguridad de los astronautas que actualmente se encuentran en la Estación Espacial Internacional.

Ciertos rumores han suscitado dudas sobre si un equipo de rescate podría ser enviado dada la situación actual del Boeing Starliner, el cual ha presentado problemas técnicos.

A medida que los investigadores de la FAA trabajan para determinar la causa del fallo, la comunidad espacial recuerda la dificultad y complejidad inherentes a los viajes espaciales.

Los expertos enfatizan que los contratiempos son parte del proceso de exploración y que la paciencia es un requisito esencial en esta carrera por la conquista del espacio.

"Los viajes espaciales requieren paciencia", afirmó un historiador en comunicaciones científicas, resaltando la necesidad de un enfoque metódico ante los desafíos que surgen en el camino hacia nuevas fronteras.