Investigación muestra que las Pitones Reales, comúnmente consideradas como criaturas solitarias, prefieren estar en compañía de otros.
Un reciente estudio realizado en la Universidad Wilfrid Laurier, en Ontario, ha revelado un hallazgo inesperado sobre las Pitones Reales, una especie comúnmente considerada solitaria.
A pesar de que se solían pensar como reptiles que prefieren la soledad, los investigadores encontraron que estas serpientes optan por acurrucarse y pasar tiempo juntas, desafiando así las creencias anteriores sobre su comportamiento social.
Morgan Skinner, un ecólogo cuantitativo y coautor de la investigación, mencionó que el término 'cuddle of snakes' (acurrucada de serpientes) podría ser una descripción adecuada para un grupo de ellas.
La investigación ha sido publicada en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology, lo que suma evidencia a la creciente cantidad de estudios que sugieren que diversas especies que se creían solitarias tienen en realidad un comportamiento más social del que se había imaginado.
Este descubrimiento se alinea con otros estudios que han explorado el comportamiento comunitario de animales cómo tiburones y pulpos.
Skinner y su equipo estudiaron la dinámica social de las Pitones Reales como parte de su investigación doctoral.
En 2020, publicaron resultados que mostraron que las serpientes de jardín prefieren estar juntas en lugar de solas y que incluso pueden formar estructuras sociales parecidas a amistades.
A diferencia de las serpientes de jardín que ya eran conocidas por hibernar y criar a sus crías en grupos, las Pitones Reales ponen huevos y no hibernan.
A menudo son mascotas muy populares a nivel mundial y son comúnmente mantenidas en aislamiento, lo que llevó a Skinner a cuestionarse cómo se comportarían estas serpientes en comparación con sus contrapartes más sociales.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores colocaron seis Pitones Reales en un recinto grande durante diez días, asegurándose de que cada serpiente tuviera su propio refugio.
Sin embargo, en diversas ocasiones, al limpiar el recinto, Skinner se sorprendió al ver que las serpientes preferían acurrucarse juntas en un solo refugio en lugar de utilizar los espacios individuales que les ofrecían.
Este comportamiento desafió las nociones previas sobre cómo se entendía la sociabilidad en las serpientes.
Si bien los científicos no pueden confirmar si actualmente las Pitones Reales se agrupan en la naturaleza de la misma manera que en cautiverio, Skinner mencionó que han existido estudios que observan a pythons en madrigueras, lo que sugiere que esta conducta podría ser parte de un comportamiento social innato.
Se plantea la idea de que la socialización entre las serpientes podría ofrecer beneficios, como protección contra depredadores o la ayuda para mantener su temperatura y humedad, elementos esenciales para su digestión.
Es importante destacar que, debido a su naturaleza de caza solitaria, raramente entran en competencia por alimento, lo que podría explicar en parte su comportamiento de agrupamiento.
Skinner argumenta que la percepción de que las serpientes son criaturas solitarias podría deberse a que suelen ser vistas de manera individual.
Esta nueva perspectiva sobre el comportamiento social sugiere que muchos animales, incluidos los que han sido clasificados como solitarios, en realidad presentan formas de socialización que no se habían reconocido previamente.
La investigación no solo abre la puerta a un mayor entendimiento de la sociabilidad en las serpientes, sino que también se suma a un cuerpo de evidencia que está comenzando a desafiar percepciones comunes sobre la vida social de muchos otros animales, impulso que podría cambiar la forma en que los científicos y la sociedad comprenden el comportamiento en el reino animal.