Susan O'Sullivan, antes incapacitada para hablar debido a un trastorno cerebral, se beneficia de un tratamiento pionero en estimulación cerebral profunda.

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En un avance significativo para la medicina neurológica, una mujer de Columbia Británica ha recuperado su voz gracias a un innovador procedimiento quirúrgico.

Susan O'Sullivan, quien había perdido su capacidad para hablar debido a una afección denominada disartria espasmódica, decidió participar en un ensayo clínico con la esperanza de recuperar su voz.

Susan O'Sullivan, que antes trabajaba a tiempo completo en el Ministerio de Bosques y era voluntaria como cantante en su centro artístico local, comenzó a experimentar problemas con su voz hace aproximadamente 20 años.

Al principio, sintió un ligero quiebre en su habla que atribuyó a diversos factores, incluyendo el estrés. Sin embargo, al notar que la incapacidad de hablar se volvía más frecuente y severa, decidió buscar la opinión de un especialista. Fue entonces cuando recibió el diagnóstico de disartria espasmódica, un trastorno que provoca espasmos en las cuerdas vocales, interrumpiendo la capacidad de hablar.

A raíz de un innovador estudio sobre la estimulación cerebral profunda (DBS por sus siglas en inglés), O'Sullivan finalmente pudo disfrutar de la libertad de hablar nuevamente.

Este tipo de cirugía implica que un cirujano inserte un electrodo en el cerebro del paciente, permitiendo la regulación de las áreas responsables de la producción del habla.

"Me ha cambiado la vida por completo. Estoy más segura en mis interacciones y participo en conversaciones de manera activa", comentó O'Sullivan, quien afirmó sentirse empoderada tras recuperar su voz, una herramienta que se vuelve esencial una vez que se pierde.

El tratamiento convencional antes de esta intervención consistía en inyecciones de botox en las cuerdas vocales, las cuales necesitaban ser administradas cada tres meses.

Sin embargo, con el tiempo, algunos pacientes desarrollan anticuerpos contra el botox, lo que puede disminuir su efectividad. En 2018, los doctores Murray Morrison y Christopher Honey iniciaron un ensayo que mostró mejoras significativas en la voz de todos los pacientes participantes, lo que llevó a O'Sullivan a inscribirse en el programa.

La cirugía de estimulación cerebral profunda se realiza en dos fases: en la primera, el paciente permanece despierto mientras se inserta el electrodo en el cerebro, y en la segunda, se coloca un marcapasos debajo de la piel que conecta con el electrodo, emitiendo impulsos eléctricos que ayudan a moderar los espasmos.

Esta técnica, aplicada inicialmente en pacientes con Parkinson, demostró efectos positivos inesperados en la voz de aquellos que sufrían de disartria espasmódica.

Desde que se sometió a esta cirugía, O'Sullivan ha podido, no sólo comunicarse mejor, sino también disfrutar de actividades como un tour a pie en Japón, donde pudo socializar y experimentar la riqueza cultural del lugar, algo que habría sido impensable hace un año y medio.

"Nunca pensé que estaría haciendo esta entrevista. Estoy agradecida por poder hablar nuevamente", expresó Susan O'Sullivan al recordar su experiencia.

Este tipo de desarrollo en la neurocirugía es indicativo de un creciente interés en aplicaciones terapéuticas de la estimulación cerebral profunda, no solamente para condiciones neurológicas, sino también para el manejo de dolores difíciles de tratar.

La investigación en esta esfera promete expandir el horizonte de la medicina moderna, ofreciendo esperanza a muchos que padecen trastornos similares.