El descenso en la financiación y recursos de las instituciones de salud en Estados Unidos pone en riesgo la capacidad de Canadá para detectar y prevenir brotes de enfermedades. Expertos sugieren fortalecer los sistemas nacionales de vigilancia y cooperación internacional para mantener la protección sanitaria.

La disminución de recursos en Estados Unidos afecta la disponibilidad de datos cruciales para la detección temprana y respuesta a brotes de enfermedades, como la sarampión, la influenza aviar, la sífilis y el VIH.
Históricamente, Canadá ha colaborado estrechamente con Estados Unidos en salud pública, intercambiando información y coordenando esfuerzos para monitorear amenazas emergentes.
Sin embargo, con las recientes reducciones en el personal y la financiación del sector sanitario estadounidense, las capacidades de vigilancia compartida se ven comprometidas.
Por ejemplo, la monitorización a través del análisis de aguas residuales, una estrategia innovadora que permite detectar en etapas tempranas la presencia de virus y resistencia antimicrobiana, podría verse afectada.
Desde la década de los 2000, Canadá ha implementado diversas tecnologías digitales y sistemas de registros electrónicos de salud, con el objetivo de mejorar la trazabilidad y la respuesta rápida ante amenazas infecciosas.
El Registro Nacional de Vacunación, por ejemplo, aún no está completamente consolidado, pero se considera esencial para gestionar la inmunización y responder con celeridad en emergencias sanitarias.
Además, el contexto global ha evidenciado cómo la circulación de información falsa y la desinformación en las redes sociales complican los esfuerzos de control.
La influencia de medios estadounidenses, con contenidos sesgados o imprecisos, puede socavar las medidas preventivas y fomentar actitudes de indiferencia frente a las campañas de vacunación y otras estrategias de control epidemiológico.
Para fortalecer la vigilancia, expertos señalan la necesidad de incrementar la colaboración intergubernamental, promover la interoperabilidad de datos entre provincias y territorios, e implementar tecnologías como los registros médicos electrónicos integrados.
Sumado a esto, la vigilancia del agua residual puede revolucionar la detección de enfermedades, como ocurrió durante la pandemia de COVID-19, cuando permitió identificar la presencia del virus en diversas comunidades antes de que los casos aumentaran significativamente.
Históricamente, Canadá ha respondido a crisis sanitarias adaptándose rápidamente, pero la inestabilidad en la cooperación con Estados Unidos requiere que el país tome medidas proactivas.
Infraestructura digital y formación de profesionales en #salud pública son acciones prioritarias para no depender únicamente del intercambio con EE
La inversión en investigación, infraestructura digital y formación de profesionales en salud pública son acciones prioritarias para no depender únicamente del intercambio con EE.UU.
Asimismo, expertos advierten que la percepción pública y la conciencia social también juegan un papel crucial. Un público informado y responsable puede contribuir en la detección temprana y en el cumplimiento de las medidas preventivas. La experiencia en la historia sanitaria canadiense, por ejemplo, frente a brotes de sarampión y otras enfermedades contagiosas, ha demostrado que la vigilancia activa y la participación social son pilares fundamentales.
En conclusión, ante la evidente afectación de los recursos en Estados Unidos, Canadá tiene la oportunidad de potenciar sus propios sistemas de vigilancia.