Investigadores de la Universidad de Columbia Británica desarrollan una técnica innovadora para eliminar los químicos perfluorados, conocidos como 'químicos eternos', del agua potable utilizando carbón activado a partir de chips de madera quemada.
Un grupo de investigadores en la Universidad de Columbia Británica (UBC) ha logrado un avance significativo en la eliminación de los llamados 'químicos eternos' del agua potable.
Estos compuestos, que incluyen sustancias químicas altamente tóxicas como los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), se encuentran en diversos productos del hogar y son conocidos por ser extremadamente persistentes en el medio ambiente, tardando hasta mil años en descomponerse.
Sin embargo, gracias a un método innovador que utiliza chips de madera en combinación con carbonos activados, los científicos están avanzando hacia una solución viable.
En el proyecto, los investigadores sumergen chips de madera en una solución de cloruro de hierro antes de quemarlos a alta temperatura.
Este proceso resulta en la creación de un tipo de carbón activado que tiene la capacidad de capturar y destruir los PFAS. Johan Foster, profesor asociado del departamento de ingeniería química y biológica de la UBC, destaca que "no hay forma natural de descomponer estas sustancias", lo que hace que su acumulación en el medio ambiente, en el agua e incluso en nuestros cuerpos sea un problema creciente.
Desde la década de 1950, los PFAS se han empleado ampliamente en productos de consumo y procesos industriales debido a sus propiedades repelentes al agua y resistentes a las manchas.
Aunque algunos de estos compuestos han sido prohibidos en Canadá, todavía muchos productos cotidianos los contienen.
Estas sustancias son bioacumulativas, es decir, se absorben en los organismos vivos más rápido de lo que el cuerpo puede descomponerlas.
Jane Fowler, profesora asistente de microbiología ambiental en la Universidad Simon Fraser, menciona que "podemos detectarlos en todas nuestras muestras de sangre y en la leche materna". La dificultad en descomponer estos químicos radica en su composición química extremadamente estable.
Los enlaces carbono-flúor en los PFAS son algunos de los más fuertes conocidos en química, lo que hace que su degradación sea un desafío esencialmente impráctico mediante métodos convencionales.
El nuevo método desarrollado por los investigadores de UBC tiene el potencial no solo de capturar los PFAS del agua, sino también de degradarlos, convirtiendo un contaminante peligroso en una sustancia que no representa un riesgo para la salud.
Este enfoque se considera especialmente prometedor porque reduce la necesidad de energía en el proceso de tratamiento.
Recientemente, Health Canada ha emitido nuevos objetivos más estrictos para los niveles de PFAS en el agua potable, aunque no vinculantes, lo que significa un cambio en la política hacia un enfoque de grupo en lugar de regular cada tipo de PFAS individualmente.
Con la creciente preocupación por la presencia de PFAS en el agua potable y otras fuentes, el enfoque de la UBC podría ofrecer una solución viable a un problema crítico de salud pública.
Los investigadores están ahora trabajando para escalar su operación y han encontrado un socio industrial en el interior de B.C. para ayudar en la producción del carbón activado a partir de madera, lo que promete un impacto significativo en la calidad del agua en el futuro.
En resumen, este avance no solo representa un paso adelante en la lucha contra los químicos eternos, sino que también refleja el compromiso de los investigadores canadienses con la salud pública y la sostenibilidad ambiental, un desafío que continúa creciendo en complejidad y urgencia en todo el mundo.