Una startup de Halifax implementa un proyecto para mejorar la alcalinidad de los ríos en Nueva Escocia, restaurando ecosistemas acuáticos y contribuyendo a la captura de carbono.
En la provincia canadiense de Nueva Escocia, los ríos continúan sufriendo las consecuencias de las lluvias ácidas, lo que ha generado una gran preocupación entre los científicos locales.
Para abordar este problema ambiental, una startup con sede en Halifax, CarbonRun, ha diseñado un proyecto innovador que consiste en añadir polvo de piedra caliza al río West en el condado de Pictou.
Este esfuerzo no solo busca restaurar la salud de los ríos de salmón de la región, sino que también tiene como objetivo eliminar dióxido de carbono de la atmósfera.
Eddie Halfyard, director técnico de CarbonRun, ha declarado que su intención es "reemplazar lo que se perdió debido a la contaminación humana" y permitir que los ríos desempeñen su papel natural de capturar carbono y entregarlo al océano.
La notoriedad del problema de la lluvia ácida en Nueva Escocia se debe a que, a pesar de que se han implementado medidas en otras partes de Norteamérica para mitigarla, la provincia ha seguido expuesta a las emisiones nocivas generadas por la quema de carbón en Canadá y Estados Unidos.
La geología particular de la región, compuesta mayoritariamente por granito y un suelo delgado, hace que los contaminantes ácidos persistan en el medio ambiente de forma más prolongada.
Las rocas de Nueva Escocia son muy antiguas y tardan cientos de años en regenerarse.
Como resultado, algunos ríos no han visto mejoras significativas en su calidad del agua durante décadas, lo cual afecta gravemente a la población de salmón atlántico.
Las aguas más ácidas dificultan la respiración de los peces y disminuyen la disponibilidad de presas, aumentando la toxicidad del aluminio en su hábitat.
El proyecto de CarbonRun tiene como antecedente la experiencia de 2005, cuando científicos comenzaron a añadir piedra caliza al río West en Sheet Harbour.
La introducción de este material alcalino ya había mostrado efectos positivos en la población de salmones, aunque los científicos enfrentaron dificultades para obtener financiación que respaldara la ampliación de estos esfuerzos a otros ríos de la región.
Sin embargo, el desarrollo del mercado voluntario de compensación de carbono ha facilitado esta iniciativa, permitiendo la obtención de créditos de carbono que sostendrán el proyecto.
Este enfoque innovador no solo busca restaurar ríos, sino también abordar el problema de las emisiones de carbono de manera simultánea.
A través de un proceso cuidadosamente monitorizado, un pequeño porcentaje del flujo del río será desviado hacia un silo, donde se mezcla con el material alcalino antes de ser devuelto al agua.
La metodología asegura que se midan diversos parámetros de calidad del agua, afianzando el objetivo de alcanzar un pH más neutro, que beneficiará tanto al ecosistema acuático como a la captura de carbono.
Con este avance, espera que la restauración de los ríos no solo impacte positivamente en la biodiversidad local, sino que también aporte a la lucha global contra el cambio climático.
La experiencia pasada ha demostrado que los ecosistemas pueden recuperarse si se les proporciona el soporte necesario.
Halfyard menciona que, aunque la reducción de emisiones sigue siendo la prioridad, este tipo de intervención podría ser esencial para enfrentar los retos ambientales que persisten en muchas comunidades, permitiéndoles alcanzar objetivos de reducción de carbono de manera efectiva y sostenible.