Investigadores de la Universidad de Dalhousie han detectado una caída del 2% anual en la cantidad de dos tipos principales de fitoplancton en el Atlántico Norte durante más de seis décadas, una tendencia vinculada al impacto del cambio climático en los ecosistemas oceánicos.

Este descenso en la cantidad de fitoplancton, que constituye la base de la cadena alimentaria oceánica y desempeña un papel crucial en la regulación del dióxido de carbono en la atmósfera, plantea serias preocupaciones para la salud de los ecosistemas marinos y la estabilidad del clima global.
Los investigadores analizaron datos recogidos desde 1960 hasta 2017 mediante el uso del Proyecto de la Grabadora Continua de Plancton, un sistema de recolección de muestras que ha estado en funcionamiento ininterrumpido desde 1931.
Este método consiste en un dispositivo torpedo que se remolca a bordo de barcos, el cual captura en rollos de seda las partículas de #fitoplancton en las aguas oceánicas.
Luego, estas muestras se congelan y envían a laboratorios para su análisis detallado.
El estudio se enfocó en dos tipos principales de fitoplancton: diatomeas y dinoflagelados. Las diatomeas, reconocidas por su capacidad de remover carbono de la atmósfera y disfrutar de una alta calidad nutricional para los organismos que las consumen, han mostrado una tendencia a disminuir en su biomasa general.
Por su parte, los dinoflagelados, que son considerados menos nutritivos y menos eficientes en la captura de carbono, no parecían experimentar cambios significativos en ciertas áreas, excepto en las zonas de las plataformas continentales del este y oeste.
Estos hallazgos desafían las expectativas previas de los científicos, quienes suponían que una disminución en las diatomeas sería contrarrestada por un crecimiento en los dinoflagelados.
Sin embargo, los resultados indicaron que la biomasa de diatomeas ha mantenido su proporción en la mayor parte del Atlántico Norte, salvo en las áreas árticas, donde también se observó un aumento.
Según Andrew Irwin, profesor del departamento de matemáticas y estadísticas de Dalhousie, estos cambios reflejan la complejidad del ecosistema oceánico y sugieren que múltiples variables, como la temperatura del agua y los cambios atmosféricos, interactúan de formas que aún se están investigando.
La reducción en el fitoplancton tiene implicaciones que van más allá de la simple pérdida de biodiversidad
La reducción en el fitoplancton tiene implicaciones que van más allá de la simple pérdida de biodiversidad. Dado que estos microorganismos son responsables de producir aproximadamente la mitad del oxígeno que respiramos y de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono, su declive puede exacerbar los efectos del cambio climático.
Históricamente, el tiempo en que se comenzaron a recopilar estos datos coincide con incrementos en las temperaturas globales y cambios en las corrientes oceánicas, fenómenos que han sido vinculados al calentamiento del planeta desde mediados del siglo XX.
La disminución en el fitoplancton no solo afecta a los organismos marinos, sino que también tiene repercusiones en pesquerías y en comunidades humanas que dependen de la pesca, además de influir en las dinámicas del clima a nivel mundial.
Expertos como Douglas Campbell, de la Universidad Mount Allison, consideran que este método de monitorización a través de la CPR es una ventana incomparable para entender cómo han cambiado los ecosistemas marinos a lo largo de décadas.
La antigüedad y la continuidad del sistema ofrecen una perspectiva invaluable sobre los efectos del #cambio climático en los océanos.
Aunque los estudios señalan una tendencia preocupante, aún queda mucho por comprender sobre los mecanismos específicos y las posibles soluciones para contrarrestar estos efectos.