Investigadores advierten sobre el impacto ambiental del brillo utilizado en celebraciones, sugiriendo alternativas más sostenibles.

A medida que las fiestas de fin de año se acercan, es probable que el brillo decorativo esté presente en numerosas celebraciones.

Sin embargo, un creciente número de voces de expertos señala que este elemento festivo, aunque añade un toque de alegría y glamour, es en realidad un microplástico que puede ser perjudicial para el medio ambiente.

En un esfuerzo por abordar esta preocupación, algunos lugares han decidido prohibir el uso de brillo en sus eventos.

John Galbraith, propietario de Doll Haus Events, ha optado por no usar brillo en la extravagancia de Drag Ball que organizarán este fin de año en Guelph, Ontario.

"El lugar no permite el brillo en absoluto.

Pero incluso si no fuera así, no somos una empresa de confeti o brillo, debido a la cantidad de desechos que genera", explicó Galbraith.

Desde su fundación en 2020, ha observado un cambio en la industria hacia la reducción del uso de brillo, ya que la frustación por su difícil limpieza crece entre los organizadores de eventos.

A pesar de la resistencia de algunos artistas que consideran que el brillo es una parte esencial de sus actuaciones, Galbraith insiste en que se puede utilizar alternativas como lentejuelas que no generan el mismo nivel de desorden.

El profesor asistente de ingeniería química en la Universidad de Waterloo, Christian Euler, clasifica al brillo como un "microplástico intencional" y advierte sobre sus efectos tóxicos en el medio ambiente.

Según Euler, el problema principal radica en que las propiedades químicas del brillo lo hacen resistente a la degradación.

Este tipo de micropartículas pueden afectar la capacidad de los océanos para absorber dióxido de carbono y, además, liberar sustancias químicas nocivas que alteran los sistemas endocrinos de diversos organismos.

La gerenta del programa de plásticos en Environmental Defence, Karen Wirsig, refuerza este punto al señalar que el brillo puede infiltrarse en los sistemas acuáticos, siendo ingerido por peces pequeños y otros organismos, convirtiéndose así en un veneno para el ecosistema.

"En realidad, los productos de brillo no tienen una manera responsable de ser desechados", acota Euler.

Afortunadamente, la investigación ha comenzado a ofrecer alternativas sostenibles al brillo.

Un equipo de científicos en la Universidad de Cambridge ha desarrollado un brillo que no contiene plásticos, pigmentos ni metales reflectantes, utilizando fibras de celulosa vegetal.

Asimismo, un equipo de la Universidad de Saskatchewan en 2022 creó un brillo biodegradable y comestible.

Wirsig sugiere que quienes deseen celebrar con un efecto similar al del brillo consideren usar arroz en vez de estos productos desechables.

Aunque suene inusual, el arroz cumple la misma función de celebración al ser lanzado al aire.

Además, enfatiza la importancia de reutilizar decoraciones plásticas y brillantes durante la temporada navideña para mitigar el daño que causan.

"Me encanta decorar para las fiestas.

Al final del año, guardo mis decoraciones y las uso nuevamente el año siguiente", concluye Wirsig.

Ciertamente, a medida que los festejos continúan, es vital que todos consideren el impacto que elementos como el brillo pueden tener en nuestro planeta y busquen formas más sostenibles de celebrarlo.