El módulo lunar Blue Ghost, de Firefly Aerospace, aterriza exitosamente en la luna, marcando un hito para la exploración espacial privada.

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El reciente aterrizaje exitoso del módulo lunar Blue Ghost, operado por la empresa Firefly Aerospace, ha generado gran entusiasmo en el ámbito de la exploración espacial privada.

El 2 de marzo de 2025, el módulo tocó la superficie lunar tras descender desde la órbita lunar de manera autónoma, dirigiéndose a una zona cercana a un antiguo domo volcánico en el lado cercano de la luna.

Este logro marca un hito importante, ya que Blue Ghost se convierte en el primer módulo privado que logra aterrizar en la luna sin dificultades, un logro que ni siquiera fueron capaces de alcanzar algunos países con sus misiones.

Hasta ahora, solo cinco naciones han logrado aterrizajes exitosos en la luna: Rusia, Estados Unidos, China, India y Japón.

La confirmación del aterrizaje se dio desde el Centro de Control de Misión de Firefly, ubicado cerca de Austin, Texas, a una distancia aproximada de 360,000 kilómetros.

Will Coogan, ingeniero jefe del módulo, expresó su entusiasmo al comunicar: "Ustedes lograron el aterrizaje. Estamos en la luna". Esta afirmación no solo celebra el éxito técnico, sino que también subraya la creciente capacidad de las empresas privadas para participar en la exploración espacial.

Con un diseño compacto y estable, Blue Ghost mide aproximadamente 2 metros de altura y 3.5 metros de ancho, lo que contribuye a su estabilidad durante el aterrizaje. Media hora después de tocar la luna, el módulo comenzó a transmitir imágenes del paisaje lunar, siendo la primera un selfie que capturó la luz del sol y en la que se observa una pequeña figura azul, nuestro planeta, en la vasta oscuridad del espacio.

El módulo lunar no solo se centra en la exploración visual; lleva consigo diez experimentos que han sido encargados por la NASA. Estos incluyen un taladro para muestrear suelo lunar a profundidades de hasta 3 metros, así como un dispositivo para eliminar el molesto polvo lunar que representa un desafío para las operaciones en la superficie.

La NASA ha invertido 101 millones de dólares (aproximadamente 93 millones de euros) en esta misión, lo que refleja el interés de la agencia espacial por fomentar una economía lunar a través de asociaciones con empresas privadas.

Firefly Aerospace no está sola en esta nueva era de exploración lunar; otras dos compañías están programadas para enviar sus propios módulos en la próxima semana.

Esto indica que la competencia en la exploración lunar se está intensificando. Un módulo de la empresa Intuitive Machines, que mide 4 metros de altura, está planeando aterrizar más cerca del polo sur lunar, en un área que se considera más desafiante que los sitios seleccionados en misiones anteriores.

Además, una tercera empresa, ispace de Japón, también busca lograr un aterrizaje exitoso después de que su primera misión resultara fallida en 2023.

A medida que la NASA y estas empresas privadas trabajan juntas, se espera que la luna se convierta en un centro de actividad económica durante la próxima década, especialmente antes del retorno de astronautas en futuras misiones.

Este enfoque en la colaboración entre agencias públicas y empresas privadas representa un modelo novedoso para la exploración espacial. A medida que más módulos logran aterrizar con éxito, la esperanza es que la luna se convierta en un lugar de pruebas vitales para tecnologías que un día permitan a los humanos establecerse en otros cuerpos celestes.

La exploración espacial, que alguna vez fue dominio exclusivo de las agencias gubernamentales, se está democratizando, haciendo espacio para la innovación y la creatividad de empresas emergentes.

Esto no solo diversificará las fuentes de financiación y desarrollo tecnológico en la industria espacial, sino que también contribuirá a un mayor entendimiento de nuestro entorno cósmico.