Un pescador de Carbonear capturó una fotografía de un iceberg negro frente a Labrador que podría tener más de 100.000 años, lo que ha despertado interés entre los científicos por su extraña composición y origen.

La imagen, rápidamente compartida por el pescador, provocó asombro y numerosas especulaciones por parte de la comunidad digital y de la comunidad científica.
El iceberg fue avistado por Hallur Antoniussen, originario de las Islas Feroe, quien trabajaba junto a su tripulación a bordo del buque de procesamiento de crustáceos Saputi en aguas al norte de Labrador.
Antoniussen, con una experiencia de más de 50 años en la pesca en Greenland y la costa Labrador, describió que nunca había visto una pieza de hielo de esta naturaleza.
La particularidad del iceberg radica en su color negro intenso, que asemeja una roca en medio del océano, y en su forma casi de diamante.
La distancia de la captura fue aproximadamente de seis kilómetros, lo que evidencia la magnitud de esta anomalía natural. A juicio de Antoniussen, este no es un iceberg que haya sido desplazado recientemente por fenómenos meteorológicos, sino que podría tratarse de una masa de hielo muy antigua, que ha acumulado sedimentos y mugre durante miles de años.
El pescador explicó que, a diferencia de otros icebergs comunes, este presenta vetas oscuras debido a la mezcla de hielo con suciedad o incluso restos de meteoritos.
La comunidad científica, representada por el profesor de oceanografía física de la Universidad Memorial en Terranova, Lev Tarasov, analizó la situación y expresó que este tipo de hielo puede contener bloques con edades que varían entre mil y cien mil años.
Tarasov explicó que la corriente de hielo en Groenlandia y otras zonas de la región puede transportar fragmentos de hielo desde el interior del glaciar hacia el mar, donde se fragmentan y emergen en forma de icebergs.
Pueden recorrer decenas de kilómetros en uno o dos años antes de llegar a la costa de Terranova y Labrador
Se sabe que estos fragmentos, tras desprenderse, pueden recorrer decenas de kilómetros en uno o dos años antes de llegar a la costa de Terranova y Labrador.
Durante ese proceso, el hielo puede arrastrar consigo sedimentos, rocas y polvo, que se depositan en la superficie, dándole una apariencia oscura y de aspecto vetado.
La posibilidad de que estos sedimentos contengan restos volcánicos o material de antiguos impactos asteroidales también es una hipótesis que ha considerado la comunidad científica.
El profesor Tarasov añadió que uno de los factores que puede explicar el color negro del iceberg es la presencia de polvo volcánico que llegó a Groenlandia en erupciones pasadas, como la ocurrida hace aproximadamente 12.000 años en el noroeste de la región. Además, mencionó que, dado que gran parte del hielo se encuentra sumergido, solo la punta del iceberg es visible, lo que implica que el resto aún contiene miles de años de historia en forma de hielo encapsulado.
Este hallazgo pone en evidencia la dinámica del hielo en los polos y cómo su composición y antigüedad pueden variar enormemente, reflejando cambios climáticos de milenios atrás.
Asimismo, los científicos señalan que en los próximos años la observación de estos icebergs puede ofrecer más pistas sobre el #clima del pasado y las posibles tendencias futuras, especialmente frente al acelerado deshielo de Groenlandia y la pérdida de hielo en el Ártico.
En conclusión, el iceberg negro avistado frente a #Labrador no solo es una curiosidad visual, sino también un importante recordatorio de la historia geológica y climática del planeta.