El famoso glaciar argentino ha comenzado a experimentar desprendimientos de grandes bloques de hielo, lo que genera preocupación entre científicos y turistas sobre su futuro frente al calentamiento global.

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El glaciar Perito Moreno, uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Argentina y una joya de la Patagonia, ha mostrado recientes signos de vulnerabilidad frente a los efectos del cambio climático.

Durante meses, expertos y visitantes han observado un aumento en la frecuencia y tamaño de los desprendimientos de hielo, conocidos como "calving", que han sido alarmantes en los últimos años.

El Evento más reciente ocurrió en abril, cuando un bloque de hielo aproximado a 70 metros de altura, comparable a un edificio de aproximadamente siete pisos, se desprendió de la vista del glaciar y cayó en las aguas turquesas del Lago Argentino.

Este acto, que sorprende a turistas y científicos, despierta inquietudes sobre el estado de un glaciar que, tradicionalmente, había logrado mantenerse estable en las últimas décadas a pesar del incremento global de temperatura.

Desde hace aproximadamente cinco años, el Perito Moreno ha comenzado a mostrar un retroceso más pronunciado en su masa, una tendencia que difiere del comportamiento de décadas anteriores, en las que el glaciar permanecía en una posición relativamente estable.

Según glaciólogos, este cambio puede ser una señal de una alteración en el equilibrio de fuerzas que mantienen su estabilidad. La acumulación de nieve y hielo en la parte superior del glaciar parece estar siendo superada por la velocidad a la que el hielo se derrite y se desprende de su cara frontal.

El profesor Lucas Ruiz, especialista en glaciología del CONICET, explica que desde 2015, el glaciar ha perdido en promedio unos 0,85 metros de espesor de hielo por año.

La mortalidad de hielo en el Perito Moreno, si continúa acelerándose, podría derivar en una pérdida aún mayor en el futuro cercano. Este proceso de derretimiento se atribuye en parte al aumento de temperaturas en la región, que ha subido alrededor de 0,06°C en la última década, junto con una disminución en las precipitaciones que limita la formación de nuevos niveles de hielo.

Aunque el clima en Patagonia todavía ofrece condiciones que favorecen la presencia del glaciar y que mantiene su espectacularidad, las evidencias muestran que los efectos del cambio climático están teniendo un impacto real en su estructura.

La pérdida de masa en el Perito Moreno en los últimos años es la más rápida en casi medio siglo, y, si la tendencia continúa, podrían verse cambios más drásticos en las próximas décadas.

A pesar de estos cambios, el glaciar sigue siendo una atracción imperdible para miles de turistas cada año, que acuden para observar en primera persona estos fenómenos naturales.

La espectacularidad de los desprendimientos de hielo, que generan enormes bloques que flotan en el lago, resulta tanto impresionante como simbólica del impacto del calentamiento global.

Para los científicos, estos eventos constituyen indicadores clave del estado de los glaciares en el mundo, que en conjunto están desapareciendo a un ritmo sin precedentes.

La comunidad internacional advierte que, si no se toman medidas contundentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, otros glaciares sufrirán destinos similares — o peores — en el futuro cercano.

De momento, el Perito Moreno continúa siendo un recordatorio palpable del delicado equilibrio de los sistemas naturales y de la urgencia de afrontar el cambio climático para preservar estos tesoros naturales para futuras generaciones.