El excandidato presidencial Robert F. Kennedy Jr. busca eliminar el flúor del suministro de agua en EE.UU., mientras la comunidad científica defiende sus beneficios en la prevención de caries.
Robert F. Kennedy Jr., exaspirante a la presidencia de Estados Unidos, ha declarado su intención de asesorar a Donald Trump para que, desde el primer día de su mandato, elimine el flúor del suministro de agua pública, argumentando que se trata de un "residuo industrial". Esta afirmación proviene de una larga historia de controversias en torno al flúor en el agua y su uso en la salud pública.
El flúor es un mineral que se encuentra de forma natural en el medio ambiente.
A menudo se utiliza en tratamientos dentales para fortalecer el esmalte dental y prevenir caries.
En muchos países, incluido Canadá, se agrega flúor al agua potable como una medida preventiva contra la caries dental.
Según la Agencia de Salud Pública de Canadá, el 38.8% de la población tiene acceso a agua fluorada.
Esta medida ha sido avalada por organismos de salud pública en todo el mundo, como la Organización Mundial de la Salud, que la considera un logro significativo del siglo XX.
Los defensores del flúor argumentan que su adición al agua puede reducir la incidencia de caries en un 25% tanto en niños como en adultos.
Sin embargo, existe un debate considerable sobre su efectividad y seguridad.
Algunos opositores citan teorías de conspiración que datan de la década de 1950 y cuestionan si los beneficios realmente superan los costos asociados a la fluoración del agua.
El director del programa de terapia dental de la Universidad de Saskatchewan, Gerry Uswak, sostiene que los temores expresados por aquellos que se oponen al flúor, incluyendo a Kennedy, no están fundamentados en la ciencia.
"Las personas que no son científicas están interpretando datos científicos y tomando decisiones políticas basadas en emociones y no en objetividad", comentó Uswak.
A pesar de su amplia aceptación, algunos estudios recientes han planteado preocupaciones sobre los efectos del flúor, particularmente en los cerebros jóvenes.
Investigaciones previas han sugerido una posible relación entre los niveles de exposición al flúor y el coeficiente intelectual de los niños.
Sin embargo, muchos expertos destacan que no se ha probado una causalidad directa y que se necesitan más estudios para comprender mejor cualquier posible vínculo.
Por otro lado, la exposición excesiva a flúor puede ocasionar fluorosis dental, un trastorno que puede ocasionar manchas en los dientes en los niños.
No obstante, esta condición es generalmente leve y no causa debilitamiento dental.
La Agencia de Salud Pública de Canadá considera que la fluoración es una manera económica y justa de prevenir caries dentales, especialmente para aquellos que no tienen acceso regular a la atención dental.
Auge y declive del uso de flúor:
Históricamente, el debate sobre el flúor ha ido y venido.
Desde su incorporación en las políticas de salud pública en las décadas de 1940 y 1950, ha habido un aumento en su popularidad como medida preventiva.
Sin embargo, en años más recientes, varias comunidades han optado por eliminar el flúor de su suministro de agua, argumentando preocupaciones sobre la salud y la autonomía personal.
El caso de Calgary es un ejemplo relevante; recientes estudios sugieren que la falta de flúor ha contribuido al aumento de caries en la población infantil.
El director ejecutivo de la Asociación Dental de Canadá, Aaron Burry, ha afirmado que está dispuesto a revisar su posición sobre la fluoración del agua si surgen evidencias científicas que justifiquen un cambio.
En conclusión, el futuro de la fluoración del agua potable puede depender no solo de la política, sino también de nuevos estudios científicos que evalúen sus beneficios y riesgos en la salud pública.