El economista Peter Schiff alerta sobre el poder que China tiene sobre la economía de EE.UU. y cómo podría desencadenar una crisis financiera sin necesidad de represalias arancelarias.

El economista y comentarista financiero Peter Schiff ha lanzado una seria advertencia sobre la vulnerabilidad de la economía estadounidense ante el poder de China.
Según Schiff, el país asiático tiene la capacidad de provocar una crisis financiera en Estados Unidos en cualquier momento, sin necesidad de recurrir a represalias arancelarias que, a su juicio, solo perjudicarían a ambas partes.
"Como nuestro mayor proveedor y uno de nuestros principales prestamistas, si realmente quieren hacernos daño, desencadenar una crisis financiera sería un golpe devastador", afirmó Schiff en sus declaraciones recientes.
Esta perspectiva resalta la compleja interdependencia entre ambas naciones, donde las acciones de una pueden tener repercusiones significativas en la otra.
La relación comercial entre Estados Unidos y China ha sido motivo de tensiones en los últimos años, especialmente durante la administración de Donald Trump, que impuso aranceles de hasta un 104% sobre productos chinos.
Estas medidas, aunque buscaban proteger a la industria estadounidense, generaron un ciclo de represalias que afectó a los consumidores y a las empresas en ambos países.
Sin embargo, Schiff sostiene que China no necesita seguir este camino doloroso para causar un impacto significativo en la economía estadounidense.
Históricamente, la dependencia de Estados Unidos de las importaciones chinas ha crecido exponencialmente desde que el país asiático se unió a la Organización Mundial del Comercio en 2001.
Desde entonces, China no solo se ha convertido en uno de los principales fabricantes del mundo, sino también en un prestamista clave para el gobierno estadounidense, al poseer más de 1 billón de dólares (más de 931 mil millones de euros) en deuda pública estadounidense.
Dada esta relación simbiótica, cualquier giro en la política económica de China podría tener efectos dominó en la economía estadounidense. Schiff advierte que, si China decidiera retirar su apoyo financiero o deshacerse de una parte significativa de sus reservas de dólares, esto podría desestabilizar la economía de EE.UU. de manera drástica. Tal escenario podría provocar un aumento en las tasas de interés, una caída en el valor del dólar y una inflación descontrolada.
Es importante recordar que, aunque Schiff ha sido criticado en el pasado por sus pronósticos pesimistas, su análisis resuena con muchos economistas que ven riesgos reales en la actual configuración económica global.
La influencia de China en el mercado mundial, junto con su capacidad para afectar a las economías occidentales, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la economía estadounidense a largo plazo.
La advertencia de Schiff llega en un momento en que la economía de EE.UU. enfrenta desafíos significativos, incluidos altos niveles de inflación y una creciente deuda nacional. A medida que los líderes mundiales examinan las relaciones comerciales y financieras, la capacidad de China para actuar como un actor dominante en el escenario global se vuelve cada vez más evidente.
La pregunta ahora es: ¿qué medidas tomará Estados Unidos para mitigar estos riesgos y proteger su economía de posibles crisis futuras?