Investigación liderada por científicos sugiere que el virus COVID-19 se transmitió de animales a humanos en un mercado de Wuhan, China, desestimando la teoría de un escape de laboratorio.

Imagen relacionada de origen animal covid19 estudio

Un equipo de investigadores, entre los que se encuentra un científico de Saskatoon, ha presentado evidencias contundentes que sugieren que el virus COVID-19 saltó de animales infectados a humanos en un mercado en Wuhan, China, lo que desestima la hipótesis de un escape de laboratorio.

Este estudio, publicado en la revista Cell, muestra que el virus emergió en el mercado Huanan Seafood Wholesale al inicio de la pandemia, alineando su origen con la actividad de comercio de vida silvestre que se llevaba a cabo en ese lugar.

Angie Rasmussen, viróloga de la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Saskatchewan y coautora del estudio, declaró que el análisis de diversas muestras genéticas proporciona indicios sólidos, aunque circumstanciales, de que el comercio de animales en el mercado de Wuhan es el punto de partida de la pandemia.

"Es muy difícil imaginar otra explicación que no sea que el virus fue introducido en el mercado junto con esos animales vivos y que se propagó, incluso en dos ocasiones, a la población humana", afirmó.

Desde marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud había identificado dos teorías principales sobre el origen del COVID-19: la transmisión de un animal infectado a un humano, y la fuga del Instituto de Virología de Wuhan.

A medida que la pandemia se extendía, identificar sus orígenes se convirtió en una prioridad para los científicos más destacados del mundo.

Este reciente análisis no solo examinó la presencia del virus en el mercado, sino que se centró en las muestras genéticas recopiladas durante un período específico, incluyendo aquellas de especies de animales conocidos por ser portadores de coronavirus, como perros mapache, ratas de bambú y civetas.

Los investigadores pueden identificar las especies presentes en los puntos críticos donde el virus se propagó. Si bien el estudio no demuestra que los animales en esas áreas estuviesen infectados, la cercanía de las muestras de COVID-19 a sus ADN sugiere una alta probabilidad de que fuesen portadores del virus.


La doctora Lisa Barrett, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Dalhousie en Halifax, comentó que esta investigación es un claro ejemplo de una ciencia "muy cuidadosa y casi imparcial" que puede ayudar en la preparación para futuras respuestas pandémicas.

Según ella, es fundamental entender cómo se propagan los virus para poder anticipar y prevenir futuros brotes.

Rasmussen ha estado trabajando con un equipo internacional de virólogos desde 2020, analizando evidencias disponibles públicamente para investigar los orígenes de la pandemia.

Un estudio anterior señalado por este equipo determinó que el mercado Huanan era el lugar más probable donde el COVID-19 se transmitió a humanos, vinculado con el comercio de animales vivos.

Con datos de nuevas investigaciones publicadas en 2023, se concluyó que la hipótesis del escape de laboratorio es cada vez más difícil de sostener.

Para que el supuesto escape de laboratorio ocurriera, alguien debería haberse infectado en el laboratorio y luego haber ido al mercado sin contagiar a nadie más.

Esto tendría que haberse repetido con una segunda línea del virus, lo cual parece improbable.

Rasmussen concluye que, al concentrar los recursos en la resolución del problema que es mucho más probable que ocurra, se lograría prevenir pandemias futuras.

La teoría del escape de laboratorio comenzó a cobrar fuerza en los primeros días de la pandemia, impulsada por diversos factores, incluida la desconfianza en las instituciones científicas.

Sin embargo, Rasmussen y su equipo han enfrentado críticas y ataques en línea por promover una narrativa que contradice esta teoría, lo que muestra la polarización y desinformación alrededor de la pandemia.

Con la revelación de estos resultados, el estudio no solo refuerza la conexión entre el origen del COVID-19 y el comercio de vida silvestre, sino que también destaca la importancia de la investigación cuidadosa y objetiva en tiempos de crisis sanitaria mundial.