Un ambicioso programa iniciado en 2019 busca preservar la especie más representativa de tortuga de agua dulce en Columbia Británica, logrando liberar más de 2,700 ejemplares en los últimos diez años. La iniciativa combina esfuerzos de conservación, investigación y colaboración con la comunidad local para evitar la extinción de esta especie en peligro crítico.

Esta especie, conocida por su entrañable aspecto y su plastrón de tonalidades rojas y amarillas, ha enfrentado una amenaza creciente debido a la pérdida de hábitats naturales, la introducción de especies invasoras y la actividad humana irresponsable.
Desde su inicio en 2019, el proyecto ha logrado avances significativos, aunque el camino hacia la recuperación total aún requiere esfuerzos sostenidos.
Este esfuerzo conjunto, liderado por el Zoológico de Greater Vancouver en colaboración con organizaciones ambientales locales y el gobierno provincial, tiene como objetivo principal incrementar las poblaciones de #tortugas autóctonas mediante la recolección de huevos en su medio natural y su cría en cautiverio.
Posteriormente, los ejemplares son liberados en áreas protegidas con la esperanza de que puedan sobrevivir y reproducirse en su hábitat original. Hasta la fecha, han sido liberados aproximadamente 2,700 tortugas, un número que supera en mucho las cifras iniciales y que representa un rayo de esperanza para la especie.
Esta iniciativa no solo busca salvar a la tortuga pintada occidental, considerada en peligro crítico por las autoridades ambientales canadienses, sino también involucrar a la comunidad en la protección de estos animales.
La presencia de especies invasoras, como la tortuga de oreja roja —que se ha expandido en la región y compite por recursos—, supone una amenaza adicional.
A diferencia de las tortugas nativas, estas especies invasoras tienden a reproducirse con mayor rapidez, desplazando a las especies autóctonas y poniendo en riesgo la biodiversidad local.
Uno de los aspectos más destacados del programa es la etapa de liberación. Los ejemplares jóvenes, que pesan alrededor de 50 gramos (equivalente al peso de una barra de chocolate grande en euros, aproximadamente 0,50€), se liberan en áreas cuidadosamente seleccionadas para reducir las probabilidades de depredación por parte de animales invasores como la luciérnaga negra, que también habitan en la región.
El proyecto está basado en investigaciones que muestran que los ejemplares jóvenes tienen más posibilidades de supervivencia si se les proporciona un 'impulso extra' en sus primeros años.
La idea es darles la protección suficiente para que puedan alcanzar una etapa en la que sean demasiado grandes para ser presa de depredadores naturales y humanos.
Existen programas de monitoreo y participación ciudadana que permiten a los habitantes de la región ayudar en la conservación
Asimismo, existen programas de monitoreo y participación ciudadana que permiten a los habitantes de la región ayudar en la conservación. En particular, se invita a los amantes de la naturaleza a observar y reportar eventos relacionados con la tortuga pintada occidental, especialmente en los lagos y ríos donde suelen hacer nidos.
Históricamente, la especie ha sufrido una disminución dramática desde los años 70, en líneas generales debido a la urbanización y la contaminación del agua, que han reducido su hábitat natural.
A nivel global, muchas especies de tortugas enfrentan amenazas similares, y sus esfuerzos de recuperación, aunque lentos, son considerados fundamentales para detener su desaparición.
Los expertos aseguran que, aunque todavía queda mucho por hacer, el trabajo realizado hasta ahora muestra que las acciones de #conservación pueden tener éxito y ofrecer un futuro prometedor.