La temperatura global promedio del 21 de julio alcanza los 17.09 ºC, rompiendo el récord anterior y generando preocupación sobre el cambio climático.

El 21 de julio de 2024 se registró como el día más caluroso jamás documentado en la historia, según los datos preliminares de Copernicus, la agencia climática de la Unión Europea.

En esta fecha, la temperatura promedio alcanzó los 17.09 ºC, superando en 0.01 ºC el récord que había sido establecido solo un año antes, el 6 de julio de 2023. Este nuevo récord eclipsa el anterior, que era de 16.8 ºC, fijado en 2016.

El director de Copernicus, Carlo Buontempo, subrayó la magnitud del incremento en las temperaturas, afirmando: "Lo realmente asombroso es cuán grande es la diferencia entre las temperaturas de los últimos 13 meses y los récords anteriores.

Estamos en territorio inexplorado y, a medida que el clima sigue calentándose, es probable que veamos nuevos hitos de temperatura en los próximos meses y años".

Este aumento en las temperaturas globales no es un fenómeno aislado.

Desde 1940, los registros de Copernicus han documentado una tendencia alarmante.

Además, otras mediciones climáticas, como las realizadas por los gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido, se remontan incluso a 1880. Muchos científicos sostienen que los niveles de calor actuales son los más altos que el planeta ha experimentado en aproximadamente 120,000 años.

Uno de los factores que ha contribuido a este reciente aumento de temperatura es el invierno anómalamente cálido en la Antártida.

Este mismo fenómeno se observó el año pasado, cuando se estableció el récord anterior en julio.

La combinación de un entorno polar más cálido junto con olas de calor en otras partes del mundo ha creado un escenario preocupante para el clima global.

Recientemente, otros lugares también han experimentado condiciones climáticas extremas.

En California y Nevada, las temperaturas han sido significativamente más altas que el año pasado, lo que ha llevado a un aumento de incendios forestales y a la búsqueda de soluciones para hacer frente al calor extremo.

En Europa, la situación no es diferente, con olas de calor que afectan a muchas regiones, exacerbando un problema ya crítico.

Zeke Hausfather, un climatólogo de Berkeley Earth, expresó su alarma al afirmar que hay un 92% de probabilidades de que 2024 supere a 2023 como el año más cálido en los registros.

Esta tendencia desafía las expectativas, ya que se prevé que El Niño, que contribuyó a las temperaturas más altas, sea seguido por un enfriamiento asociado a La Niña.

Los científicos han atribuido el calentamiento extremo en gran parte al cambio climático causado por la quema de combustibles fósiles, así como a la agricultura de ganado.

Esto se combina con fenómenos naturales, como la variabilidad estacional y la actividad volcánica subacuática.

Sin embargo, enfatizan que el principal culpable sigue siendo la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Mientras tanto, se espera que la comunidad internacional compita en los próximos Juegos Olímpicos bajo condiciones climáticas que podrían ser las más cálidas jamás registradas.

Este panorama invita a una reflexión profunda sobre cómo el cambio climático está transformando no solo el medio ambiente, sino también las actividades cotidianas y las grandes competencias deportivas.

En resumen, este nuevo récord de temperatura destaca la urgencia de abordar la crisis climática.

Las acciones necesarias para mitigar el cambio climático están al alcance de la humanidad, pero la falta de voluntad política está frenando el progreso que se necesita con urgencia.