Las intensas lluvias y las temperaturas templadas por debajo del promedio están generando un escenario atípico en varias regiones de Canadá, afectando a residentes, negocios y el pronóstico estacional. Expertos apuntan a cambios climáticos a largo plazo como una de las causas principales.

Imagen relacionada de clima inusual canada temperaturas bajo normal efectos

Durante las últimas semanas, muchas regiones del este de Canadá, incluyendo Ontario, Quebec y las provincias marítimas, han experimentado condiciones climáticas extremadamente inusuales para esta época del año.

En ciudades como Toronto, Montreal y Halifax, las temperaturas se han mantenido por debajo de los niveles promedio para mayo, generando un panorama que ha desconcertado a residentes, meteorólogos y expertos en clima.

Este patrón de clima fresco y lluvioso no es común para finales de primavera en Canadá, donde normalmente las temperaturas alcanzan los 20 a 22 grados Celsius en esta temporada.

Sin embargo, en los últimos días, en Toronto, por ejemplo, las temperaturas apenas han llegado a los 10 grados, mientras que en otras áreas se han registrado temperaturas similares o incluso más bajas.

La diferencia con años anteriores es notable: en mayo del año pasado, la ciudad reportó casi 30 grados Celsius, una cifra típica de verano en la región.

Este clima inusual se atribuye a la presencia de una masa de aire frío que se ha establecido en la zona, impulsada por una baja presión que afecta la región.

Los expertos explican que dicha masa de aire procede del norte y ha desplazado las corrientes cálidas habituales, provocando días nublados, lluviosos y con temperaturas que oscilan por debajo de lo habitual.

Desde el punto de vista histórico, estas anomalías climáticas han sido cada vez más frecuentes en las últimas décadas, atribuibles en parte al cambio climático.

Estudios indican que las estaciones en Canadá se están extendiendo en duración, con inviernos más cortos y veranos más largos e intensos. En particular, las temperaturas primaverales en Canadá han aumentado en un promedio de aproximadamente 1.9 grados Celsius en los últimos 77 años, lo que evidencia un patrón de calentamiento global que también afecta la distribución de las estaciones.

A pesar de las condiciones adversas, algunos residentes y comerciantes se mantienen optimistas. En Toronto, por ejemplo, agricultores y dueños de centros de jardinería esperan que el clima mejore pronto para poder avanzar con sus plantaciones. Marcella Downy, quien visita un centro de jardinería en Etobicoke, afirmó: "Estamos esperando que salga el sol para poder plantar. Mientras tanto, estamos preparando todo y cuidando nuestras plantas en este clima de lluvia constante".

Las repercusiones económicas también son palpables en diferentes sectores. Según José Zammit, profesor en la división de medio ambiente de una universidad canadiense, los negocios minoristas están siendo cautelosos ante la situación.

"El clima frío y lluvioso ha afectado las compras y el movimiento de inventarios, ya que la gente prefiere no salir a comprar en estas condiciones. Esto afecta tanto a minoristas como a mayoristas, generando un efecto en cadena en la economía local".

A pesar de las condiciones actuales, los meteorólogos aseguran que esta anomalía es solo un episodio y que, en los próximos días, se espera una mejora en el clima.

El experto David Phillips, de Environment Canada, predice que en aproximadamente dos semanas las temperaturas subirán y que los canadienses probablemente estarán quejándose del calor y la humedad propios del verano.

"Estos cambios son parte de un patrón que se repite y que se ha visto intensificado por el cambio climático. La tendencia apunta a ver veranos más largos y temporadas primaverales más cortas", explicó.

Mientras tanto, la población continúa adaptándose a esta situación, con actividades al aire libre en pausa y la planificación de jardines y eventos ajustados a las condiciones actuales.

La combinación de fenómenos temporales y cambios duraderos en el clima mundial sitúan a Canadá ante un escenario en el que la preparación y la resiliencia se vuelven esenciales para afrontar el clima cambiante.

En conclusión, aunque las temperaturas por debajo de lo normal y las lluvias persistentes han generado incertidumbre, la comunidad científica insiste en que estos episodios forman parte de un patrón de cambio climático global.

La clave estará en comprender estos fenómenos y adaptar las prácticas sociales y económicas para minimizar sus impactos y aprovechar las oportunidades que surgen ante un clima en transformación.