Un nuevo estudio revela que el asteroide responsable de la extinción de los dinosaurios era de tipo carbonáceo y provenía de más allá de Júpiter.

Hace aproximadamente 66 millones de años, un enorme objeto impactó la Tierra cerca de la actual península de Yucatán, desencadenando una extinción masiva que acabó con los dinosaurios.

Este evento, considerado uno de los más catastróficos en la historia del planeta, tuvo lugar entre las eras Cretácica y Paleógeno, conocido como el límite K-Pg.

Recientemente, un grupo de científicos ha publicado un estudio en la revista Science que arroja nueva luz sobre la naturaleza de este asteroide.

Según los investigadores, el asteroide que causó la extinción era un tipo de asteroide carbonáceo, con un diámetro estimado entre 10 y 15 kilómetros, que provenía de más allá de la órbita de Júpiter.

Impactó la Tierra con una energía equivalente a 90 millones de toneladas de TNT, generando una onda de choque planetaria y un gigantesco tsunami que arrasó con gran parte de la vida en su camino.

Desde el impacto, ha existido un debate sobre la sutil diferencia entre cometas y asteroides.

Este estudio se centra en el análisis de isótopos de un elemento raro llamado rutenio, que pertenece al grupo de los metales preciosos.

El rutenio es uno de los elementos más escasos en la Tierra, con una concentración promedio de solo 0,001 partes por millón.

Sin embargo, se cree que su cantidad es considerablemente mayor en el núcleo terrestre, lo que permite a los científicos rastrear su presencia en meteoritos y otros cuerpos celestes.

La investigación corroboró que los isótopos de rutenio encontrados en el límite K-Pg se alinean estrechamente con los meteoritos de tipo carbonáceo.

Según Mario Fischer-Gödde, autor principal del estudio y científico en el Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia, "los signos isotópicos que medimos pueden considerarse una especie de huella dactilar". Esto significa que aunque el asteroide original se ha perdido, sus rastros aún permanecen en la Tierra.

Los científicos también estudiaron otras muestras de roca de diferentes épocas y áreas, asegurándose de que todas las señales isotópicas apuntaran consistentemente hacia un asteroide de tipo C, lo que refuerza la teoría de que esta es la respuesta correcta.

Este descubrimiento no solo ayuda a entender el evento que marcó el fin de los dinosaurios, sino que también sugiere que estos asteroides han tenido un papel significativo en la historia de nuestro planeta.

Las consecuencias del impacto se pueden observar hoy en día en el registro fósil y la formación geológica del área afectada.

Además, el estudio proporciona una nueva perspectiva sobre los asteroides y su composición, abriendo nuevas vías de investigación en la búsqueda de vida y los orígenes del sistema solar.

Como nota final, los investigadores destacan que este evento cósmico no solo ha definido la historia de la Tierra, sino que también fue una oportunidad que permitió la evolución de los mamíferos y, eventualmente, la aparición del ser humano.