Un nuevo estudio sugiere que el sector forestal de Canadá produce más emisiones de gases de efecto invernadero de las que se reflejan en los informes oficiales, lo que plantea preocupaciones sobre cómo la falta de supervisión de la industria obstaculiza los objetivos climáticos del país.

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Un nuevo estudio publicado en la revista académica 'Frontiers in Forests and Global Change' revela que el sector forestal de Canadá es responsable de una cantidad mucho mayor de emisiones de gases de efecto invernadero de las que se registran oficialmente.

Según este estudio, entre 2005 y 2021, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero atribuibles a la industria maderera fueron, en promedio, de casi 91 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono, lo que sitúa al sector al mismo nivel que las emisiones del sector agrícola.

Contrariamente a lo que muestra el informe oficial de inventario de Canadá, el sector forestal actúa como un sumidero de carbono, lo que significa que absorbe más carbono del aire del que libera a la atmósfera.

Según el informe, el sector forestal absorbe en promedio cinco millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono anualmente en el mismo período.

El crecimiento de los árboles permite que se lleve a cabo una regulación natural de las emisiones de carbono.

Aproximadamente, dos tercios de la superficie forestal del país se clasifican como 'manejada', lo que incluye las áreas donde se realiza la tala de madera.

A medida que los árboles crecen, absorben carbono de la atmósfera a través de sus hojas, troncos y raíces.

Sin embargo, cuando los árboles mueren, ya sea por la tala, los incendios forestales u otras causas, parte de su carbono se pierde eventualmente en la atmósfera a medida que la madera se quema o se descompone.

La forma en que el gobierno federal contabiliza las emisiones de carbono de la industria forestal es motivo de debate.

Según Anthony Taylor, profesor asociado de gestión forestal en la Universidad de New Brunswick y uno de los coautores del estudio, 'los bosques suelen presentarse como una solución climática natural', pero estudios como este cuestionan si realmente es así. ¿Podemos realmente utilizar nuestros bosques para compensar otras industrias si, de hecho, pueden ser una fuente neta de carbono en lugar de un sumidero neto, como se afirma actualmente?'

El estudio señala que las emisiones no se contabilizan adecuadamente debido a la falta de inclusión de factores como los brotes de insectos y los incendios forestales, que generaron una cantidad récord de emisiones el verano pasado.


Sin embargo, una vez que estos bosques vuelven a crecer y alcanzan una edad de madurez comercial, el gobierno los clasifica como parte del sector forestal y contabiliza el carbono que absorben.

Según Taylor, 'la inclusión de este sumidero es lo que causa la mayor diferencia entre lo que Canadá informa actualmente como emisiones del sector forestal y lo que encontramos en este estudio'.

El estudio se suma a una creciente cantidad de investigaciones y reportes que cuestionan la forma en que se calculan las emisiones del sector forestal y cómo se gestiona la industria.

Un informe del año pasado de la Comisionada de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Canadá encontró que el gobierno federal 'no brindó una imagen completa y transparente de cómo los bosques de Canadá eliminan el carbono de la atmósfera o contribuyen al mismo'. También se ha argumentado que la industria forestal es responsable de más del 10% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de Canadá.

Ante estas críticas, el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá ha declarado que sus informes de inventario anuales se basan en pautas del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) y en información autorizada aceptada por expertos en la materia.

Según el ministerio, el informe federal de inventario incluye todos los procesos relacionados con la gestión forestal, desde los inventarios forestales hasta la tala de madera para la producción de productos de madera.

En conclusión, este estudio destaca la necesidad de una supervisión más rigurosa de la industria maderera de Canadá para reducir las emisiones derivadas de la tala de árboles.

Se requieren políticas gubernamentales más estrictas que promuevan una rotación de cosecha más prolongada, la protección de bosques maduros y la reducción de la producción de productos forestales de corta duración.

Reducir la deforestación sería una forma directa de mejorar la capacidad de nuestros bosques para capturar carbono.