Estudios recientes revelan que los glaciares en la región oeste de Canadá, incluyendo la zona de Vancouver, están perdiendo masa a un ritmo dos veces mayor que hace una década, poniendo en riesgo los recursos de agua dulce en el continente. La rápida retirada de estos icebergs refleja el impacto del cambio climático y la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos.

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Según un estudio reciente de la Universidad de la Columbia Británica, entre 2021 y 2024, estos glaciales perdieron aproximadamente un 12 % de su masa, duplicando la tasa de retroceso en comparación con la última década.

Este fenómeno no solo afecta los paisajes naturales, sino que también tiene profundas implicaciones para el abastecimiento de agua dulce y la estabilidad ecológica de la región.

Los #glaciares en esta zona, como el Klinaklini, situado en la costa central de British Columbia, son los más grandes fuera de Alaska en Norteamérica, y en los últimos años están perdiendo cerca de un gigatón de agua al año, una cantidad equivalente a llenar el lago Okanagan o al volumen de mil millones de camionetas pickup.

La pérdida acelerada se atribuye a múltiples factores, entre ellos las altas temperaturas invernales, olas de calor tempranas y periodos prolongados de clima cálido y seco.

Un elemento adicional que contribuye a esta rápida pérdida es la presencia de partículas de hollín y ceniza volcánica, transportadas por incendios forestales severos que han afectado regiones como British Columbia en los últimos años.

Estas partículas se depositan sobre la superficie de los glaciares, oscureciéndolos y aumentando su absorción de calor, lo que a su vez acelera el proceso de derretimiento, creando un efecto feedback que agrava aún más la situación.

A nivel global, los glaciares están en una situación alarmante. Datos históricos indican que desde el año 2000, se han perdido cerca de 6,5 billones de toneladas de hielo, contribuyendo a aproximadamente una quinta parte del aumento del nivel del mar observado en ese período.

En Europa, la situación no es distinta; por ejemplo, los glaciares en los Alpes perdieron el 13 % de su volumen en los últimos cuatro años, reflejando un patrón de aceleración en el derretimiento.

La relevancia de estas cifras radica en que la mayoría de los glaciares en la Columbia Británica podrían desaparecer en aproximadamente 80 años si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en su ritmo actual

La relevancia de estas cifras radica en que la mayoría de los glaciares en la Columbia Británica podrían desaparecer en aproximadamente 80 años si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en su ritmo actual.

La investigación también destaca la importancia de mejorar los modelos climáticos para incluir factores como la ceniza volcánica y la quema de incendios forestales, que están acelerando el proceso de pérdida.

El descenso en las masas de hielo no solo afecta al ecosistema, sino que también pone en riesgo el suministro de agua para millones de personas en Canadá y los Estados Unidos, especialmente en épocas de sequía.

Los glaciares actúan como un vasto banco natural de agua, y su desaparición podría traducirse en crisis de #recursos hídricos en las próximas décadas.

Asimismo, estos hallazgos recalcan la urgencia de implementar políticas globales que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, como una estrategia necesaria para detener o al menos frenar la tasa de pérdida de los glaciares.

La comunidad científica coincide en que solo una acción coordinada internacional podrá preservar estos frágiles ecosistemas y garantizar el agua y la biodiversidad que de ellos dependen.

En conclusión, el retroceso de los glaciares en la región oeste de Canadá, incluyendo Vancouver, refleja una tendencia global de aceleración del derretimiento, que tiene implicaciones directas en la disponibilidad de recursos naturales y la estabilidad ambiental.