Un grupo de expertos y exlíderes denuncia ineficacia en las negociaciones climáticas y demanda un cambio inmediato debido a la falta de progreso en la cumbre de Bakú.
Un grupo de más de 20 expertos y exlíderes mundiales ha manifestado su preocupación sobre la eficacia de las conversaciones climáticas anuales organizadas por la ONU, conocidas como COP. En una carta abierta emitida a mitad de la actual cumbre COP29 celebrada en Bakú, Azerbaiyán, estos líderes han subrayado la necesidad de una profunda reforma del proceso, sugiriendo que ya no cumple con su propósito original.
La cumbre, que reúne a cerca de 200 países, tiene como principal objetivo acordar un nuevo objetivo financiero que permita a los países en desarrollo adaptarse a los efectos del cambio climático y recuperarse de desastres naturales.
Sin embargo, hasta ahora los diálogos han progresado poco, con dificultades para establecer una agenda clara en el día inaugural.
La carta fue firmada por figuras destacadas como el exsecretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y exlíderes como la exprimera ministra de Irlanda, Mary Robinson.
Aunque reconocieron algunos logros del COP, afirmaron que el proceso requiere cambios estructurales significativos para abordar la crisis climática de manera efectiva y rápida.
"Es evidente que el COP ya no es adecuado para su propósito.
Su estructura actual no puede garantizar el cambio necesario para lograr un futuro seguro para nuestro planeta", afirmaron en su misiva.
Figueres, exjefa de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, argumentó que la COP sigue siendo un escenario crucial para el apoyo a cambios necesarios a nivel multilateral, pero también aceptó que algunas ideas de la carta habían sido malinterpretadas.
Mientras tanto, algunos delegados defendieron el proceso del COP, destacando que es el único foro donde las naciones más pequeñas pueden participar en las negociaciones climáticas.
La negociación se considera esencial, aunque imperfecta, sugirieron que es posible realizar cambios y mejoras.
Las recomendaciones formuladas en la carta abogan por centrarse más en la implementación que en la negociación.
Esto incluiría acelerar las discusiones hacia acciones concretas, implementar mecanismos que responsabilicen a los países por los compromisos climáticos asumidos y dar mayor voz a la ciencia en el proceso.
Se destacó también la necesidad de revisar cómo se escogen las presidencias del COP, sugiriendo que aquellas naciones que no apoyan la eliminación de energías fósiles deberían ser excluidas del proceso.
Esta recomendación surge en un contexto donde las conversaciones han estado marcadas por la presencia de múltiples lobbyistas del sector de combustibles fósiles.
Se informó que en la COP28, un número récord de 2,456 lobbyistas relacionados con los combustibles fósiles tuvo acceso a la cumbre climática, casi cuatro veces más que en la anterior.
Las voces de alarma no faltaron; el exvicepresidente estadounidense Al Gore instó a los líderes mundiales a escuchar a los científicos, en lugar de a los intereses de los contaminadores.
En su discurso, Gore citó el aumento de fenómenos climáticos extremos y la pérdida de hielo marino como evidencias de la gravedad de la situación.
La situación se ha complicado con revelaciones de corrupción y el legado de la anterior administración de EE.UU. encabezada por Donald Trump, lo que añade una capa mayor de preocupación sobre la efectividad del proceso COP. Como resultado, figuras icónicas como la activista Greta Thunberg han criticado abiertamente el COP, afirmando que no está logrando cambios significativos frente a la crisis climática.
Así, la llamada a una reforma en profundidad del proceso COP parece volverse cada vez más necesaria, mientras el mundo observa y espera acciones decisivas en la lucha contra el cambio climático.