Un nuevo estudio sugiere que en el año 2100 podrías ver nuevas especies animales desde la ventana de tu casa o al pasear a tu perro, debido al cambio climático. Algunas ciudades canadienses podrían recibir una oleada de refugiados climáticos salvajes.
Un reciente estudio publicado en la revista PLOS One sugiere que en el año 2100 podrías encontrarte con especies animales muy diferentes a las actuales al asomarte por la ventana o pasear a tu perro.
Muchas especies están migrando debido al cambio climático, lo que podría provocar que algunas ciudades canadienses reciban una llegada de refugiados climáticos salvajes y pierdan algunas caras animales familiares.
Según Alessandro Filazzola, autor principal del estudio, el cambio climático está provocando desplazamientos en las especies animales, lo que podría impactar la gestión de las mismas, así como las interacciones como la polinización y la transmisión de enfermedades.
El estudio modeló más de 2,000 especies animales en 60 ciudades canadienses y estadounidenses, utilizando proyecciones climáticas para el período 2081-2100 bajo diversos escenarios.
Se espera que ciudades como Quebec, Ottawa y Winnipeg dupliquen el número de especies en todos los escenarios climáticos, gracias a condiciones más cálidas y húmedas que permitirán la llegada de animales sensibles al frío, como sapos, tortugas y garrapatas.
El cambio climático podría traer más días húmedos y calurosos a Canadá occidental
El cambio climático está aumentando el calor en Canadá, lo que también puede llevar a más días húmedos y cambiar la vida en el oeste del país. Esto representa una amenaza para regiones que no están adaptadas a un clima bochornoso y sofocante.Otras ciudades como Edmonton, Montreal, Calgary y Toronto también verán un aumento significativo en la diversidad de especies.
Algunas especies como las tortugas, ratones, sapos, pelícanos, insectos alados, arañas y escorpiones tendrán mayores probabilidades de moverse a nuevas ciudades.
Por otro lado, se espera que algunas especies como los somormujos, perros salvajes, insectos palo y la mayoría de los anfibios, excepto los sapos, sean encontradas en menos ciudades.
Todo esto podría tener un impacto tanto positivo como negativo en el ecosistema urbano, provocando una redistribución de las especies animales y cambios en las interacciones naturales.
Es fundamental seguir investigando y monitoreando estas tendencias para comprender mejor las implicaciones del cambio climático en las ciudades y tomar medidas para mitigar sus efectos.