Un nuevo estudio revela que los bonobos, a diferencia de los chimpancés, son seres colaborativos y tienden a hacer intercambios pacíficos con grupos externos.
La violencia entre facciones rivales ha sido parte de la evolución humana desde nuestros ancestros chimpancés.
Sin embargo, otro de nuestros parientes lejanos resulta ser cooperativo.
Los bonobos, primos cercanos de los humanos, regularmente cooperan pacíficamente con otros bonobos que están fuera de sus grupos sociales principales, lo que los distingue de sus primos chimpancés y la mayoría de los otros primates, tal vez incluso de nosotros.
Un nuevo estudio sobre el comportamiento social de los bonobos, realizado por el biólogo evolutivo Martin Surbeck de la Universidad de Harvard y el ecologista conductual Liran Samuni, revela que estos primates amigables tienen la costumbre de formar alianzas externas, compartir recursos e intercambiar servicios.
Los bonobos establecen alianzas externas para compartir alimentos y participar en sesión de acicalamiento.
Estas alianzas se mantienen entre individuos específicos, quienes están más inclinados a devolver los favores recibidos.
Las hembras adultas, debido al carácter matriarcal de los bonobos, son las que más realizan estas acciones de cooperación.
El comportamiento cooperativo de los bonobos, tal como lo muestra este estudio, es notable y contrasta con el comportamiento de los chimpancés, que se caracterizan por ser agresivos y están involucrados en enfrentamientos intergrupales que a menudo llevan a la muerte.
Este comportamiento, que se ha comparado con la guerra humana, no tiene un paralelo en el comportamiento de otros primates no humanos.
Estos hallazgos permiten comprender mejor nuestra propia naturaleza y la evolución de nuestra capacidad para la cooperación y el comportamiento prosocial.
El estudio de los bonobos nos ofrece una visión más amplia de quiénes somos y de dónde venimos.
Este comportamiento cooperativo muestra que la cooperación social entre individuos pertenecientes a diferentes grupos no es exclusiva de los humanos.
De hecho, los delfines también exhiben redes sociales externas.
Esto demuestra que las afirmaciones de que los humanos son los únicos que se cooperan entre diferentes grupos son infundadas y se desmienten con estas observaciones.