Colossal Biosciences ha anunciado el nacimiento de dos lobos que llevan genes del extinto lobo terrible, generando tanto admiración como escepticismo en la comunidad científica.

En un sorprendente giro de la biotecnología, la empresa Colossal Biosciences ha declarado que ha logrado traer de vuelta a la extinta especie del lobo terrible, marcando un hito en lo que ellos catalogan como su primera de-extinción exitosa.
Sin embargo, la comunidad científica se muestra dividida respecto a este logro, sugiriendo que, aunque los cachorros presentados son una hazaña notable, no son exactamente lo que se promete.
Colossal compartió videos de las crías de lobo, llamadas Rómulo y Remo, quienes han sido concebidas con ajustes genéticos que buscan asemejarse a los lobos terribles que habitaron América hace más de 13,000 años.
Pero, según Hank Greely, director del Centro de Derecho y Biociencias de la Universidad de Stanford, es esencial que la comunidad científica examine estos avances con un análisis crítico.
"Quiero ver trabajos revisados por pares que expliquen más sobre lo que realmente se ha hecho y lo que se conoce", comenta.
El lobo terrible, conocido científicamente como *Canis dirus*, o como se le representa en la cultura popular, es un depredador formidable que ha capturado la imaginación de muchos.
Durante más de 100,000 años, estos animales prevalecieron en el continente estadounidense hasta su extinción, que se cree ocurrió en parte debido a la caza por parte de humanos y la desaparición de sus presas, como caballos y gigantescos perezosos.
Beth Shapiro, responsable científica en Colossal, explica que el equipo de investigación secuenció ADN recuperado de un diente de lobo terrible de 13,000 años y un hueso del oído interno de 72,000 años.
Al comparar el ADN, constataron que el lobo gris es su pariente vivo más cercano, con un 99.5% de similitud. Utilizando esta información, lograron modificar células de lobos grises para incorporar características del lobo terrible, resultando en crías que son descritas como más cercanas a sus ancestros que cualquier ejemplar visto en más de 13,000 años.
En total, se realizaron 20 modificaciones en 14 genes para dar vida a estos nuevos cachorros. Al atascarse en el proceso, se implantaron los embriones en perros domésticos grandes, siendo tres de las ocho hembras utilizadas como madres sustitutas.
De esta forma, los cachorros nacieron el 1 de octubre y el 30 de enero, según la compañía.
A pesar de su parentesco, algunos expertos como el profesor Kevin Campbell de la Universidad de Manitoba, han expresado sus reservas. "Lo que tenemos ahora es un lobo gris al 99.999% con un 0.001% de lobo terrible", indica. Es evidente que, aunque los cachorros lucen como lobos terribles, sus similitudes a nivel fisiológico son difíciles de evaluar.
Shapiro, reconoció que, si bien los cachorros no son una copia exacta de sus antepasados, la meta es conservar las características del lobo terrible que puedan adaptarse al entorno moderno.
El proceso comenzó hace aproximadamente dos años, y, en un esfuerzo paralelo, Colossal también ha realizado avances en la clonación de lobos rojos, una especie en peligro crítico.
Pese a la controversia, este giro en la biotecnología suscita el interés y la curiosidad del público sobre la conservación de especies. La presidenta de la Sociedad de Conservación de la Fauna Silvestre, Joe Walston, señala que aunque es valioso pensar en la de-extinción, no debemos olvidar la importancia de la conservación de las especies que aún existen, como los tigres y leones.
A medida que avanza la investigación, Colossal continúa observando a los nuevos cachorros y aclara que no hay planes para su reintroducción en la naturaleza en este momento, mientras la comunidad científica y conservacionista observa con interés los resultados de estos innovadores experimentos.