Un estudio documenta la migración más larga registrada de una ballena jorobada, que recorrió más de 13,000 km desde la costa pacífica de Colombia hasta el océano Índico.
Un macho de ballena jorobada ha sorprendido a los científicos con un viaje épico, establecido como la migración más larga documentada por un ejemplar de esta especie.
El cetáceo nadó aproximadamente 13,046 kilómetros durante casi cinco años, un trayecto que lo llevó desde la costa del Pacífico de Colombia hasta las aguas cercanas a Zanzíbar, en el océano Índico.
Este notable descubrimiento fue presentado en un estudio que ha capturado la atención de la comunidad científica, ya que la migración previamente registrada más extensa correspondía a 10,000 kilómetros, desde Brasil hasta Madagascar, registrado en 2010.
Los investigadores, liderados por la científica marina Aylin Akkaya, sugieren que el travieso viajero puede haber perdido su camino habitual o que cambios climatológicos lo obligaron a aventurarse más lejos en busca de alimento.
Sin embargo, Akkaya también considera la posibilidad más intrigante: que la ballena esté simplemente en busca de nuevas parejas.
"Nos sorprendió tanto la longitud y la singularidad del trayecto que inicialmente pensé que podría haber algún error tecnológico en nuestros datos," comenta Akkaya.
"Pero no, era solo un macho de ballena jorobada explorando los océanos en busca de hembras."
El hallazgo, publicado en la revista Royal Society Open Science, ofrece nuevos conocimientos sobre los patrones migratorios de las ballenas jorobadas, lo que sugiere que podrían estar experimentando un cambio cultural, adaptándose a océanos en transformación y emprendiendo viajes diferentes a los realizados por generaciones anteriores.
La investigación se benefició del uso de HappyWhale, una plataforma colaborativa creada por el científico marino Ted Cheeseman.
Esta herramienta permite a observadores de ballenas y científicos cargar fotografías de estos majestuosos mamíferos marinos, facilitando investigaciones de esta envergadura.
Cheeseman destaca que esta colaboración internacional es mucho más efectiva gracias a la plataforma, permitiendo captar una imagen más realista de cómo las ballenas utilizan los océanos sin estar limitadas por las fronteras humanas.
El cetáceo en cuestión cruzó tres océanos, algo inusual para las ballenas jorobadas, que normalmente regresan cada año a los mismos lugares de reproducción.
Para poder rastrear al animal a lo largo de su viaje, los científicos utilizaron un algoritmo de inteligencia artificial, identificando un distintivo en su cola que se asemeja a un tatuaje de calavera.
Akkaya subraya que este viaje extraordinario podría ser un indicio de un restablecimiento cultural dentro de la población de ballenas.
Las ballenas jorobadas fueron objeto de caza casi hasta la extinción y sus comunidades apenas están comenzando a recuperarse en las últimas décadas.
Akkaya plantea la pregunta sobre la cultura del cetáceo: "¿Este macho tiene una canción colombiana o una canción africana?" Cada población de ballenas jorobadas tiene sus propias canciones y dialectos, reflejando la diversidad cultural que podría estar en juego.
El estudio destaca la importancia de entender la migración y la cultura de las ballenas jorobadas para garantizar su conservación.
"Proteger a las ballenas no solo es un acto adorable, es esencial para nuestra propia supervivencia," concluye Akkaya.
Las ballenas, que juegan un papel crucial en la regulación de los ecosistemas marinos, son consideradas guerreras climáticas, y su conservación es vital para el equilibrio del planeta.