Un sorprendente hallazgo sobre las abejas que invadieron la casa de una periodista desafía las creencias populares sobre su protección y supervivencia.
Cuando las avispas invadieron la casa de Sarah Kliff, nadie quería ayudarla a deshacerse de ellas.
Y ella, también, quería salvar a las abejas.
Pero cuando comenzó a investigar, descubrió algo que la sorprendió: las avispas no necesitan de nuestra protección.
Las avispas son invasivas en América del Norte y no están en peligro.
De hecho, pueden representar una amenaza para las abejas nativas...
En Canadá, había 794,341 colonias de avispas en 2023, según Statistics Canada, un aumento del 3,6 % con respecto al año anterior.
Y si bien sus colonias a veces sufren muertes masivas, muchas veces debido a plagas y enfermedades, no están en peligro de extinción.
Las abejas nativas, por otro lado, son las que corren peligro en Canadá. Y al igual que la mayoría de los insectos, las abejas silvestres están en declive en todo el mundo...
Así que Sarah selló a las avispas en su ático y, con la aprobación de apicultores, usó una aspiradora para recoger a las que ya habían deambulado por otras partes de su casa.
La idea era asegurarse de que ninguna avispa regresara a su enjambre para informar.
Y parece que funcionó... En menos de 36 horas después de la llegada de las avispas, desaparecieron...
Gail MacInnis, una entomóloga de Quebec, señaló que la apicultura urbana puede estar poniendo en riesgo a las especies autóctonas, ya que compiten por recursos limitados, principalmente flores... En resumen, el descubrimiento de Sarah desafía la noción popular de que las abejas necesitan desesperadamente nuestra protección y atención constante.